No hay que desesperarse por una derrota. Si bien Estudiantes no jugó un buen partido, hay que evitar que la histeria se apodere de los hinchas. La tranquilidad es indispensable para que no se traslade el nerviosismo de la gente hacia los jugadores. Nuestra escuela tiene determinados valores que son necesarios tener en claro en estos momentos.

La única manera que siempre encontramos para salir adelante de las adversidades es con trabajo. No hay otro secreto que no sea ése. Es momento de encerrarse en el Country y seguir corrigiendo errores, seguir practicando movimientos, seguir pensando en los detalles que te hacen ganar partidos.

Me gustaría centrar esta editorial en dos frases del libro "Así ganamos", que escribió el Doctor hace casi 30 años. Como podrán apreciar a continuación, sus conceptos son de una vanguardia total, adelantados para su época. Éstos reflejan cosas que un lírico jamás podrá comprender, pero que nosotros tenemos el deber de hacerlo. Son situaciones que, hoy por hoy, se discuten en el presente de Estudiantes.

"A veces no se puede jugar de la forma que la gente cree, sino de otra, adecuada a las posibilidades existentes y siempre sujeto a un criterio de efectividad" (Carlos Salvador Bilardo - 1986).

Ser un equipo vistoso no implica necesariamente ser un buen equipo, eso está más que claro. Si usted no comparte esta premisa no vale la pena que siga leyendo. Lo que hay que entender es que no siempre se puede jugar de la misma manera. El cuerpo técnico no debe confundirse con la opinión de la gente. Tener más posesión del balón que el rival, sin generar situaciones claras de gol, es un criterio que carece de efectividad. De aquí en adelante, habrá que seguir trabajando partido a partido para lograr esa practicidad deseada.

"Para mí, un tipo que juega bien es el que cumple con lo que se le indica y puede entrar en el plan general que se pretende llevar a cabo" (Carlos Salvador Bilardo - 1986).

Hay jugadores que, evidentemente, cumplen un rol táctico que al común de los hinchas les cuesta apreciar. Un equipo no es una acumulación de futbolistas habilidosos, sino más bien una articulación de complementariedades estrictamente vinculadas a una estrategia. Como el "tipo que juega bien es el que cumple con lo que se le indica", para poder medir mejor su desempeño es necesario conocer cuál es su función asignada dentro del plan de juego. Y eso, si es que no lo hace explícito, sólo lo sabe el técnico.

El análisis seguirá puertas adentro durante la semana. Estos son momentos en que las palabras sobran. Sólo queda decir una cosa: ahora es tiempo del cuchillo entre los dientes, de entregarse al máximo para ganar el Clásico, de dejar la vida por los colores, de comerse cada centímetro de la cancha, de poner huevos hasta el cansancio. Parafraseando al Doctor, me despido...