Hace una semana, desde esta humilde lugar, le pedíamos al Virrey que ajuste algunas tuercas. Siete días más tarde, el técnico más ganador de la historia puso los cambios sobre la mesa, o mejor dicho: sobre la cancha. Aunque a esta altura no es una sorpresa, el pragmatismo de Bianchi siempre es una buena noticia. Burdisso afuera, la confirmación de Erbes en el lateral, Méndez por derecha y Gigliotti en la delantera fueron algunas de las señales de Carlos.
Pero la mano de Bianchi no fue el único motivo de este cambio de imagen. Hubo otros culpables de lo que ocurrió el domingo en la Bombonera.
El arquero y la última linea (que hicieron pie por primera vez en mucho tiempo) transmitieron seguridad y lograron que el equipo no reciba goles.
El pie derecho de Gago, para hacer fácil lo difícil. Fernando está intacto, tiene un guante en el pie derecho y la experiencia que le faltaba. Es un jugador de primer nivel internacional, y se nota. El tipo la va a buscar en posición de 5, distribuye y avanza en la cancha, y hasta por momentos termina apareciendo en posiciones de ataque, merodeando el área y hasta intentando algún que otro remate al arco. Él sabe que ante la ausencia de Riquelme se tiene que poner el equipo al hombro y no le esquiva al bulto. En sus dos presentaciones con la azul y oro, rápidamente se convirtió en amo y señor del mediocampo. El domingo la cancha se rindió a sus pies y la merecida ovación fue conmovedora.
El pie derecho de Ledesma, para ser la rueda de auxilio, el complemento de Pintita. Con el equipo en sintonía, Pablito se potencia.
El pie derecho de Méndez, para hacer la "levantadita" y mandar el centro. Esa jugadita que intentó 267 veces desde que está en Boca y que no le había funcionado en las 266 oportunidades anteriores. Tantas puteadas se llevó Jesús de quién suscribe, que por esta vez vamos a aplaudir el polémico gesto técnico que terminó en el gol de Gigliotti.
Y hablando de Gigliotti, no vamos a hablar del pie derecho porque el gol fue con la cabeza, pero hizo lo que tenía que hacer: entrar y meterla.
Sánchez Miño, otro que usó la cabeza para abrir el partido, y que día a día demuestra que se puede hacer cargo del desequilibrio en 3/4 de cancha cuando el pie derecho de Román no está disponible.
Por último no me quiero olvidar del pie derecho del Burrito Martínez, que venía en caída libre y que este domingo también le encontró la vuelta. Paredes, toques, desbordes, centros. Un poco de todo. Quien escribe estas líneas todavía no se puede sacar de la cabeza la pared que tiró con Gago y que casi termina en un gol de otra galaxia.
Por el momento este Boca padece de una severa esquizofrenia. Se puede comer 3 con Olimpo pero también puede levantarse con el pie derecho, como el domingo, y pintarte la cara.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE - @Roquelme