Queridos burros:
Les escribo yo, la redonda, el esférico, la caprichosa o como carajo quieran llamarme. Estoy indignada, no se cómo les regalé una hora y media de mi tiempo a ustedes, un domingo tan lindo como éste.
Me trataron mal toda la tarde, me golpearon hasta de punta y mil veces me hicieron raspar contra el alambrado. Jamás pude correr por el pasto y me tuvieron en el aire los 90 minutos.
Yo se que mucho del burro de Martín y del limitado de Pedro no pueden aprender, pero por favor chicos, un poco de respeto.
Ojalá no me los vuelva a cruzar por mucho tiempo, me duele absolutamente todo. Hasta nunca!!!
Por lo menos así lo vemos nosotros.