Finalmente llegó el día, en el marco de un estadio colmado (de ¿"amargos"? Explicame eso) Independiente debutó en la B Nacional contra el humilde Brown de Adrogué con derrota. La herida no para de sangrar.
Mi primer mensaje es de tranquilidad, calma. Entiendo que las cosas se pudieron haber hecho mejor, que la comisión directiva comandada por Javier Cantero podría haber llevado a cabo modificaciones más sustanciales, incluso los refuerzos deberían haber sido mucho más prestigiosos. Ya está. Miremos para adelante con esperanza.
Del plano estrictamente futbolístico quedaron muchas deudas que Miguel Brindisi tendrá que mejorar rápidamente. Contamos con la ventaja de la humildad y autocrítica del entrenador para que los cambios se aproximen en los días venideros. Lejos de una posición soberbia y altanera, Miguelito dijo "le pedimos perdón a la gente".
Fallas a saber: 1) La apuesta por Monserrat de lateral derecho fue equivocada. Fabián sufrió en la marca y no comprende fielmente el puesto. Por más que carezcan de experiencia, es preferible confiar en juveniles que conozcan la función (Sergio Ojeda o Jorge Figal).
2) A la línea defensiva le falta trabajo, coordinación. No puede ser que algunos tiren el off-side y otros no. Eso se soluciona con trabajo. Practicando horas y horas jugadas similares y posibles respuestas del sector en conjunto.
3) No parece que puedan rendir satisfactoriamente los dos "grandotes" arriba. Debería jugar de 9 Penco o Menéndez (prefiero al primero) y acompañándolo uno que abra la cancha. Matías Pisano mostró cosas interesantes.
4) Me quedaron algunas dudas en la disposición del mediocampo. No estoy seguro que Razzotti pueda cubrir en soledad dicho espacio. Alderete podría jugar a su lado. Igualmente, falta en el plantel un 5 con características netas de recuperador de balón. Propongo que no venga el limitado de Parra y buscar un volante central defensivo.
5) El Rolfi Montenegro no es intocable para nada, si tiene que salir del equipo, que salga. Al igual que todo el último torneo en Primera, el 10 nunca se pone el equipo al hombro en momento difíciles ni da muestras de carácter ni liderazgo.
Por último, a pesar de que fue mal instrumentada, no vi con malos ojos la apuesta de Brindisi en el segundo tiempo. Quiero decir, me gustó ver en la parte complementaria un Rojo que fue a buscar el partido con protagonismo. Eso sí, con una última línea endeble, la habitual tibieza de Mancuello y Miranda de 8 no es fácil llevar a cabo la saludable idea.
Restan 41 partidos y el camino es largo. Hay que apoyar este proyecto con esperanza, confianza y sobre todo, con tranquilidad y calma. No nos volvamos locos, no sirve para nada.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO - @GastonIbarra
