Ilusionados, como todos, vimos cómo empezó a rodar la bola de una nueva temporada. En nuestro caso, también la de una nueva era, de Julio Falcioni como DT y con nada menos que… ¡diecisiete refuerzos! Es difícil exigir mucho tan pronto, con tantos cambios y con solo unas semanas de preparación.
All Boys irá de menor a mayor en el campeonato. Con el correr de las fechas, cuando se conozcan más los jugadores, se adapten al estilo de juego y se definan con claridad los titulares, llegarán mejores resultados en el juego y en el marcador. Pero paradójicamente, en el partido ante Rafaela fue al revés: los de Falcioni fueron de mayor a menor. El arranque fue bueno: el Albo dominó al rival, lo controló y manejó la pelota y el juego. Con un esquema que no dejaba lugar a sorpresas, All Boys encontró la ventaja. El dominio fue creciendo, y el 1-0 con el que terminó el primer tiempo pareció poco.
La segunda parte fue más pareja, pero de todas formas las mejores chances fueron generadas por el local. Sin embargo, cada situación desperdiciada hacía que aparecieran los fantasmas de varios pasajes del torneo pasado. Fantasmas que se hicieron presentes cuando el partido se moría: en la primera llegada clara de Rafaela, nos embocaron inexplicablemente. Palo y a la bolsa, a cobrar. Premio para el amarrete, para el que no propuso, para el que apostó todo a tener una y así se llevó el punto que vino a buscar.
La verdad es que los refuerzos no desentonaron en general: algunos se destacaron más que otros, pero todos tuvieron una buena presentación. Hay que darles crédito, lo mismo que al DT. All Boys no debe equivocar los objetivos, y tener como primera medida la idea de sumar la mayor cantidad de puntos posibles. Después llegará el turno de exigir resultados y rendimiento para dar un salto en las aspiraciones deportivas.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO