Se desmorona. Un castillo de naipes no sería una analogía correcta ya que caería de golpe. Tampoco un efecto dominó ya que representaría una causa-consecuencia fulminante, un reguero de pólvora. Y en este caso, Racing se desmorona lentamente, en serrucho, como gráfico bursátil, uno por uno.
Hoy por hoy, hay dos Academias: una individual y otra grupal. Un Racing bipolar. En lo particular (jugador por jugador, solo con sus capacidades), puede haber destreza y habilidad. Pero en lo grupal... nunca coinciden, hay anarquía, caos. Sí, señores. No hay palabras que definan mejor el desencuentro superlativo de desaciertos y desorganización. Ahora bien ¿de dónde proviene este caos? ¿Dónde nace? ¿En qué momento Ortiz dejó de ser el pilar de la defensa para ser una conjuntivitis? ¿Cuándo Saja (SAJA, EL CHINO SAJA), dejó de ser el dios de los tres maderos? Quizás castigo por reírnos de Independiente (caso tal en que no me arrepiento de nada) o algún tipo de deidad-providencia maligna echó este desolado e inevitable albur sobre nuestra otrora bien encaminada Academia.
Racing: Difícil imaginarte como unidad e imposible indicar nuestro pecado original. Quizá estemos malditos por el vengativo espíritu del diablo y San Lorenzo protegido por la bendita alma del Papa. Je.
Divagues mediante, la tentación de tomarme el 95 antes del penoso final fue mayúscula. En mí había un desdoblamiento: cierta incertidumbre y, a la vez, enorme certeza crónica: hay jugadores que no van más. Una cosa es soportarle la chiripiorca a Pillud (porque de vez en cuando zafa de una inzafable). Pero Corvamal... ya ni sé qué decir, pobrecito… ¿Qué culpa tiene si Lucho no lo quiere pero lo pone? Si es barrigón al pedo es que lo fajen.
¿Y el chino? Saja estaba ido, irreconocible, rifando la pelota. Ortiz, la sombra de lo que fue. Y reitero: tres jugadores no pueden velar por el partido y hacer el trabajo de once. Sin contar que se juegan noventa minutos y Racing parecería enterarse de sólo quince... y desperdigados por ahí y por allá, siquiera consecutivos.
Algo ausente hay en Racing. Algo que amalgame, que homogeneíce la habilidad desperdiciada u olvidada. Podríamos poner excusas: que el primer partido porque es el primero. Que contra San Lorenzo porque el Papa no sé qué cuernos... ¿Y la fecha que viene? ¿Qué hacemo' si lo' muchacho' siguen así? ¿Nos despedimos del campeonato? ¿A quién culpamos por dejar que la manzana se pudra en el árbol?
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO
