Arranca el campeonato y ya todos nos ponemos la pilcha de D.T. nuevamente, o de visionarios quizás, para ver el futuro tan incierto de este Newell’s que, lejos de parecerse a ese gran campeón que todos elogiaron, se ve opacado por las idas y vueltas tan polémicas que acontecieron y siguen sorprendiendo. Hubo un rumor de que se iba Villalba, contaban que había problemas con Urruti y ahora, por suerte, parecería que terminó bien, y seguramente todos sentimos que la salida de Vergini debió ser más clara y fructífera por el bien del club y del jugador. Lo concreto es que desde la salida del Tata, las cosas se están haciendo mal, lo cual me llena de insatisfacción, y nos hace retroceder en el tiempo, involucionando a aquellas épocas donde nuestro refuerzo estrella fue Taborda.
Hoy hace su debut el loquillo que, cual Bielsa, manda a su ayudante a hacer los anuncios públicos. Desde lo más profundo de su corazón, sabe toda la gloria que envuelve a este equipo y la disfrutó en vivo y en directo. En su intimidad, estará pensando y analizando mucho el presente del equipo y, con los mismos nervios de un debut como jugador, debe estar ansioso y sin poder dormir. Sin embargo, no hay tiempo para razonar los hechos, las horas pasan y se acerca el momento en que Berti dará sus primeros pasos hacia, quizás, su gloria personal o, mejor aún, la gloria de un pueblo rojinegro entero.
Para salir campeón, hay varias cosas que deben funcionar, muchos circuitos que deben conectarse y rendir. La defensa, en primer lugar, debe afianzarse rápido. Sea Ortiz, Víctor López, Heinze o cualquier otro central, la zaga va a tener que conocerse y tener buena sinergia. El pibe Ortiz, particularmente, me da mucha seguridad y lo noto con personalidad suficiente para jugar en primera. Con respecto a Heinze y Víctor López, no hay nada que decir, ya ellos hablaron demasiado en la cancha el semestre pasado, y esos discursos son los que más me gustan. El mediocampo, por otro lado, será el mismo. La clave yacerá, entonces, en sostener los conceptos y el nivel de juego, pero siempre con la ventaja indudable que representa haber ganado un torneo y haber jugado las instancias finales de otro tan importante, siendo que todo eso aporta una seguridad y una experiencia que, para quien quiere volver a dar una vuelta, es primordial. Por último, la línea que despierta absolutamente todas las vacilaciones, la delantera. Quiero dedicarle un párrafo aparte a este tema.
La querida delantera va a ser la novedad. Volvió a Newell’s un goleador de aquellos, gambeteador, movedizo y con gran pegada. ¿Ah, no? No. Volvió Aquino. Su rendimiento será, claramente, el motivo de las más variadas críticas, sean ellas negativas o positivas, ya que todos vamos a estar atentos al paraguayo. Por mi parte, obviamente le deseo lo mejor por Newell’s, pero mucha fe no le tengo. No tanta como a Trezeguet que tiene más pergaminos y debe convencer a más de uno. Lo que vale destacar es que, considerando que no tenemos copa este semestre y que venimos de salir campeones, este es el momento más oportuno para probar todas las alternativas posibles. Todo puede salir mal, pero no hay nada que perder. Todo lo contrario, todo por ganar este semestre y el que viene.
Me despido con las dos caras. Por un lado, la del agradecimiento total al Tata Martino que, con sobrados merecimientos, ahora se encuentra dirigiendo el mejor equipo del mundo. No habrá sido tanto por su trayectoria, pero sí estoy seguro de que es una persona con unos valores tremendos, y allí reposa él sus mejores armas para afrontar este desafío. Por otro lado, otro agradecimiento, pero a todos los rescatistas voluntarios que dieron lo mejor de sí para sacar los cuerpos de las víctimas restantes de la explosión en nuestra ciudad. Y lo digo en un tono más triste, por todo lo que nos está ocurriendo últimamente. Gracias a todos, y ¡fuerza Rosario!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO LEPROSO
