¡Qué lindo fue el sábado a la noche! ¡Qué lindo fue ver a Argentinos ganándole 3 a 0 y a Droopy corriendo por todos lados y recibiendo patadas! Obviamente, lindo para todos menos para él. Caruso planteó un partido y se dio exactamente como lo pensó. Hoy, luego de 3 fechas, ya somos un equipo sólido atrás (lo que hizo cuando nos salvó) y muy de temer en las pelotas paradas, que en el fútbol de hoy en día no es poco. Igual, yo hace poco hablé sobre el “atar con alambre”. Hoy uno se siente orgulloso por lo que hicieron los jugadores en el Gasómetro, pero igual uno es consciente de que mucho más tiempo así no puede jugar. Igual, contra Colón jugó de otra forma y también ganó. Ese es el punto que más esperanzas me da. No solo el “rimbombante” 3 a 0, sino la capacidad de versatilidad de los planteos. Igual, esto lo digo con 3 fechas jugadas, es demasiado poco para hacer un pronóstico. Y, más allá de los planteos, si los jugadores corren y meten como metieron el otro día, la cosa es mucho más sencilla.
Hoy, mientras escribo estas líneas, la felicidad me abunda y cada dos por tres siento que me estoy subiendo al tren del éxito por un solo partido, cosa que no quiero hacer. La realidad marca que ahora uno está más tranquilo y con más esperanzas que antes, pero que no hay que relajarse. La próxima es contra Tigre en Paternal, ¡partido clave! Es muy cruel, pero ya hay que dejar de pensar en lo grandioso que se consiguió y volver a poner los pies en la tierra, de saber quiénes somos y en qué situación estamos. Lo bueno es que ahora hay un condimento nuevo: Ya no somos los boluditos del torneo, ahora somos un equipo de verdad a tener en cuenta y lo logramos justo contra San Lorenzo, que se creían los campeones (no sé de qué, ¡les hace falta tanto!) y nos tenían ya ganados… ¡Giles!... Lo único que les puedo decir a estos muchachos es que la próxima pongan a Prósperi, Mercier y Gentiletti que, en una de esas, nos hacen partido… Chau, chau, chauuuuu.
Por lo menos así lo siento yo.