Julio Ricardo: ¡Hola! ¿Sanatorio?
Dios: ¿San Atorio? A ese Santo sí que no lo
registro ¿De parte de quién? Te escucho muy mal.
Julio Ricardo: Julio Ricardo. ¿Ahí me
escucha mejor?
Dios: ¿Escuchame, Julito, acá no hay ningún San
Atorio. Me parece que te equivocaste de número. Y movete un poco a ver si mejorás la
señal, porque no se oye nada.
Julio Ricardo: ¿Con quién hablo?
Dios: Con Dios.
Julio Ricardo: Uy, entonces llegó… Me
imaginaba que la muerte era diferente, la verdad.
Dios: No te asustes, Julio, que estás
hablando conmigo pero todavía estás vivo… bueh, es un decir, por las dudas ya organizamos
tu partido de despedida. Estás un poco mayor para algunas cosas.
Julio Ricardo: No crea, Señor. Ahora mismo
lo estoy llamando desde el movicom. Es un teléfono sin cable, ¿puede imaginarlo?
Dios: ¿No me digas? Ya no saben qué
inventar… Un día, al teléfono le van a poner adentro un walkman.
Julio Ricardo: No me cache, Señor, eso es
imposible. ¡Pesaría mucho!
Dios: Yo veo el futuro, no te olvides que
soy Dios.
Julio Ricardo: El futuro… ¿Y ya que
estamos, cómo ve el mío?
Dios: Eh… Mmm… bueh… Bien Bien, te veo
recostado en el pasto. Un poco pálido, pero fresquito. Te veo
en una reposera de madera, medio rara, como un rombo, una reposera cubierta.
Julio Ricardo: Bárbaro, deben ser
vacaciones. Las necesito, el fútbol desgasta mucho.
Dios: ¿Cómo no te van a gastar mucho,
Julio? No acertás un nombre, no distinguís entre el arco y el marco de la
puerta, la otra vez te vi reclamar un offside del cocacolero.
Julio Ricardo: Pero el fútbol es mi pasión,
para esta temporada me estoy preparando con todo. Usted me podría ayudar. Necesito
actualizarme.
Dios: Julio, es más fácil conseguir
actualizaciones para el ICQ que para vos. Mejor probá con cambiar la
medicación, no me la pongas tan difícil.
Julio Ricardo: Un poco, nomás. Ayúdeme a ponerme al día con el mercado de
pases. Me cuesta un poco aprenderme los nombres de los muchachos de ahora… Dele
que anoto en mi libreta.
Dios: Bueno, a ver… En River, Passarella…
Julio Ricardo: Epa, ese es de categoría pero tiene mucha experiencia, es un campeón del mundo.
Dios: Julito, Julito... Daniel se retiró hace 20 años, es el
Presidente de River. De hecho, Ramón Díaz le pidió a Gutiérrez…
Julio Ricardo: El Coya Gutiérrez
va hacer una dupla bárbara con Ramón.
Dios: Mejor dejemos a River. Boca trajo a
Díaz…
Julio Ricardo: Ah, el Panadero, ¡regio!, un
marcapunta de experiencia. ¿Y Racing cómo lo va a suplantar? Escuché que
Zubeldía pidió refuerzos, seguro se trae dos o tres del pincharrata.
Dios: Ahí volvió Verón. Y trajeron a
Aguirregaray.
Julio Ricardo: Ah, la Bruja, un ala
incisivo. Y el otro, un back de los
guapos ¿Y en el Rey de Copas?
Dios: Se reforzó mucho. Está obligado a
salir campeón del Nacional B.
Julio Ricardo: Sí, veo. Medio mal, por la
presbicia. Igual, Independiente siempre está obligado a salir campeón Pero no sabía que se jugaba el Nacional. Pensé
que ahora venía el Metropolitano.
Dios: Julio, el Nacional no se juega más
desde 1984. Independiente está en la B, descendió.
Julio Ricardo: ¿En serio? ¡Me está
macaneando!
Dios: Julito, la verdad que no te veo...
Julio Ricardo: Yo tampoco veo, ya le dije.
Por eso llamaba al Sanatorio, necesitaba un turno con el oculista. Ando
necesitando más aumento.
Dios: Mirá, querido, vos lo dijiste, merecés
un descanso… Yo te puedo recomendar un
lugar. ¿Vos cómo te sentís en tu rol de periodista?
Julio Ricardo: Vigente.
Dios: Bueno, te cuento: yo vi gente pedir
que te retires en todos los idiomas. ¿No
pensaste en comentar partidos en un contexto más tranqui, menos expuesto?
Julio Ricardo: ¿Un lugar como cuál?
Dios: Un lugar donde descansar, hablar con
gente de tu edad. Una residencia para mayores. Vendría a ser como un equipo de
veteranos que viven concentrando para jugar una gran final.
Julio Ricardo: ¡No hay nada más lindo que
comentar finales!
Dios: Por eso, te juro que ahí vas a poder
comentar finales a lo pavote, vas a ver.
Julio Ricardo: Me interesa, ¿Cómo se llama
ese lugar?
Dios: Residencia Otoñal, está cerca del
Jardín de Paz, digo, así te queda cerca.
Julio Ricardo: ¿Cerca de qué?
Dios: No importa, Julio, vos confiá en mí,
por algo soy Dios.
Julio Ricardo: Bueno, gracias. Pero tengo
una última, duda, Señor.
Dios: Sí, decime.
Julio Ricardo: ¿para qué me llamó?
Dios: Para nada, Julio, quedate tranquilo,
me equivoqué de número. Disculpame.
Julio Ricardo: Por favor, no hay problema,
pero le corto porque las llamadas al movicom son carísimas.
Dios: Dale, quedate tranquilo. Y no te
olvides de sacar el turno.
Julio Ricardo: Gracias, querido, muy
amable, ¿qué turno?