Si uno se toma el trabajo de escribir una lista con todos los jugadores que tiene este plantel y lo anota al Virrey como la cabeza técnica y táctica de este proyecto, nada podría ser mejor.
Ahora bien, los jugadores no ganan los partidos en una hoja. Estos tipos se tienen que poner botines, calzarse la azul y oro ante 50 mil personas y jugar al fútbol. Acá es donde la cosa se vuelve más complicada. Porque Insúa y Marín pintan bien, pero este equipo necesita realidades, no proyectos. Los pibes tienen que dejar la vida para cuidar el lateral y ayudar en ataque. El Cata Díaz aparece como el sucesor de Schiavi, pero para eso debe ordenar la defensa a fuerza de juego y de gritos. Gago es una contratación de la san puta, pero se tiene que recuperar de las lesiones para demostrar toda su calidad y su plenitud. Ledesma es un 8 de raza, que si está en condiciones es una pieza fundamental para este Boca, pero si no sale del pozo físico y futbolístico en el que cayó hace ya un año, no sirve. Sánchez Miño es, sin dudas, la mayor promesa de las inferiores, pero este equipo necesita que se transforme de una vez por todas en una realidad. Román es el distinto, el capitán, el líder, Román es todo. Pero necesitamos que esté bien físicamente y que juegue la mayoría de los partidos para hacer la diferencia. No nos sirve para nada el recuerdo de aquel puntero temible que fue el Burrito Martínez, nos urge que recupere ese nivel que lo llevó a ser un jugador de Selección. Blandi es el goleador que salió de abajo, da la sensación de ser un delantero muy completo y con muchas ganas, pero tiene que empezar a pagar con goles su titularidad. Gigliotti es el goleador del torneo pasado, pero hay un detalle: le falta ponerse la camiseta; y todos sabemos lo que pesa la azul y amarilla, si no pregúntenle al pelado botón ese que hoy anda vendiendo humo por zona sur.
Este rompezabezas está a cargo del técnico más ganador de todos los tiempos; del canoso que inventó a Palermo, Guillermo, Román, Serna y tantos otros; del estratega que apabulló al Real Madrid y al Milan con jugadores como Matellán, Iarley, Cascini y Donnet; del tipo que un día volvió cuando lo pedimos a gritos. Pero con el cariño y los recuerdos no se arma un equipo ganador, por eso Carlos deberá demostrar nuevamente por qué es el mejor entrenador de nuestra historia.
En la primera fecha nos trajimos tres puntos de Córdoba gracias a un milagro y a una impresentable terna arbitral. Hoy jugamos en la Bombonera, contra el campeón, y no hay margen de error. Llegó la hora de que este Boca que gana en los papeles, empiece a demostrarlo en la cancha.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE - @Roquelme
