Hablemos un poco de un muchacho que supo vivir de las más
lindas, como también de las más feas en el Cervecero. Ese flaquito que dio la
cara siempre que fue necesario. Uno que, sea estando en el equipo titular o
entrando más tarde, siempre hizo que se note lo que él hace y lo que no, porque
cuando está apagado, se nota. Jugador de peso que sin quejarse, hizo banco
tanto cuando lo mereció como también otras tantas veces que no, pero los
caprichos técnicos lo dejaron afuera. Un líder natural de los positivos, de los
que comportándose como iguales, hacen que todo se sienta diferente. Hablemos de
fútbol. Hablemos de un distinto. Hablemos de Caneo.
Solamente el hincha de Quilmes entiende cuánto vale Miguel
Eduardo, porque uno como yo, sabe que mientras los ajenos lo describen como
lento o pecho sin recordar que es más importante ser rápido con la cabeza, él
se entretiene haciendo calesitas que dejan bobos a sus marcadores y abriendo
huecos que sólo los iluminados imaginan. Y es que sí, hay que hablar de él, porque
tarde o temprano, todos, hasta los que no gustan de su juego, terminan
reconociendo su importancia aunque eso signifique romper con sus principios.
Hablo porque lo vi, no una sino varias veces con distintas personas que le
pegaron muchísimo. Tuve charlas con hinchas de Quilmes que lo defenestraron, y
que al tiempo tuvieron que decirme “no hay nada más que decir, Caneo es crack”;
los mismos que en cada proyecto y/o sueño de un gran logro de Quilmes, lo ponen
como parte indiscutida de los guerreros. Porque vi muchas veces cómo la
vergüenza le cerraba la boca a algún antivida de los que insultan por deporte,
al encontrar una genialidad con la pelota como respuesta a una bestialidad de
su labia.
¿Cómo se hace para que inclusive cuando todo parece perdido,
ver la pelota en tu botín, ilusione? ¿Cómo se gana que hasta el que no te
quiere, te pida? ¿Cómo se logra que los putean tu presencia, puteen todavía más
tu ausencia? Sencillo, pero no por eso fácil: demostrando. Si cada vez que
estás en un buen día, la gente se pone loca y los contrarios no la ven; si
cuando vos no estás a pleno, el equipo se siente incompleto y aún así ansía un
destello tuyo; si así sea que estés fuera por meses, cuando aparecés se respira
otro aire. Entonces que no pregunten nada, que te den la 10 y a otra cosa.
Por lo menos, así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO twitter.com/adrian28qac