Cuando llegó a Estudiantes, el común de la gente miraba a Mauricio Pellegrino con cierto recelo. Su apariencia europea le jugaba una mala pasada a la hora de contrarrestar los prejuicios que el hincha tenía con él. Además de que no poseía una extensa trayectoria como entrenador, quizás era su asociación a conceptos bielsistas los que hacían confundir al público a la hora de analizarlo. Igualmente, el temor era una sentimiento lógico, más teniendo en cuenta que en esos momentos el presente del equipo con Cagna venía siendo paupérrimo.

Luego, con el correr del tiempo y a fuerza de trabajo, Mauricio se fue ganando su lugar en el pincha. Sus declaraciones medidas y precisas nos daban la idea de que se trataba de un técnico tranquilo pero a su vez preparado. Su virtud principal fue poner en práctica uno de los preceptos básicos del fútbol, un precepto que nuestra escuela respeta con peculiar ahínco. Nos referimos a la máxima que dice que los equipos se arman de atrás para adelante. Su estrategia fue la de afianzar a una defensa que venía siendo muy vapuleada. Esto lo consiguió a través del orden táctico y la concentración constante.

Fue ahí donde Pellegrino mostró su carta táctica más poderosa. El 4-2-3-1 traía consigo distintos conceptos vanguardistas que ejecutaban distintas potencias europeas, más precisamente el Bayern Munich y el Real Madrid (ver cómo juega el Bayern). A partir de aquí, el equipo logró una solidez admirable en pocas semanas y con el correr de los partidos empezó a sumar. Estudiantes había dejado de ser ese timorato rival para transformarse en un duro contrincante.

El problema que tenía el equipo, era que defensivamente cumplía pero ofensivamente le costaba mucho llegar al arco contrario. Las aptitudes técnicas de algunos jugadores de mitad de cancha para adelante hacían difícil que el pincha lograra una fluidez de juego y triangulaciones certeras para generar situaciones de gol. A medida que pasaban los partidos, se podía ver una mejora en la faz ofensiva, pero todavía se notaba que faltaba mucho laburo.

De cara al futuro, podemos decir que la expectativa es muy grande. Teniendo en cuenta el trabajo realizado en la pretemporada, más el regreso de la Bruja, la gente espera ver a un Estudiantes más equipo. Un Estudiantes firme en defensa y punzante en ataque. Un Estudiantes con variantes, pragmático, que luche cada partido como si fuera el último. Las condiciones están dadas, Pellegrino deberá aprovecharlas. Ahora solo depende de él y de los muchachos. ¿Cómo no creer que puede ser posible? Si varios de esos mismos muchachos nos dieron hace tan solo 4 años la alegría más grande de los últimos tiempos.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO PINCHA - @DrBidon