Porque volvió hace 10 años y desafió a los que creen que las segundas partes nunca son buenas. Esta vez sin las estrellas de otrora, armó un nuevo equipo y le alcanzaron 12 meses para dar la vuelta en La Boca, en Brasil y en Japón. Y un año más tarde, un maldito penal lo dejó sin lo que hubiese sido la cuarta Libertadores al hilo.
Porque hace unos meses, cuando Boca más lo necesitaba, cuando lo pedimos a gritos en la cancha, volvió. Porque no le importó poner en juego sus laureles y, con todo para perder, dijo presente.
Porque le sacó brillo a las estrellas y transformó a jugadores ignotos en terribles guerreros. Porque hizo un culto del trabajo, la tranquilidad, la simpleza, los valores y el equilibrio. Porque se bancó y se sigue bancando a esos putos periodistas que lo viven difamando, celosos de su grandeza.
Porque no es parámetro un semestre de sequía y errores. Porque ahora va a tener un equipo hecho a su medida, con sus jugadores y sin las manzanas podridas que venía arrastrando este plantel.
Por eso somos sus soldados, por eso tiene el crédito intacto, por eso confiamos en que este semestre el Boca de Bianchi va a volver a brillar. Por eso, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Carlos Bianchi, todos la vuelta vamos a dar.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE - @Roquelme