Así es la vida de un hombre. Uno no nace sabiendo, solo se nace “Granate”, todo lo demás se aprende día a día. Y Guillermo no es la excepción, aprendió de sus técnicos y tuvo a varios. Pero cada uno va forjando su camino, y Guille lo arrancó bastante derecho ese trayecto.

Desde que llegó a Lanús, el equipo mostró un cambio asombroso, logró una identidad de juego y recuperó jugadores que estaban casi perdidos. Cotizó un plantel devaluado y pisoteado. El caso más claro es el de Guido Pizarro, jugador surgido de nuestra cantera, resistido por muchos de nosotros hasta el hartazgo, terminó siendo una pieza clave en el equipo. Y no solo eso, el mismo fue transferido por varios millones de dólares.

Rodeado de gente eficiente, honesta y por demás trabajadora, conformó un cuerpo técnico elogiado y respetado en el ambiente. Pero lamentablemente no todo es color de rosa. Como todo aprendiz tuvo errores, aunque todos futbolísticos al gusto de quien escribe. Errores que costaron un campeonato. Bancar jugadores demasiadas fechas demostrando un nivel paupérrimo, fue uno de sus principales pecados. Pero tal vez se dio cuenta a tiempo y se desprendió de los que en algún momento fueron “IMPRESCINDIBLES”.

Arranca una nueva temporada y ya cuenta con cuatro refuerzos de buen nombre. Y gracias a su gran trabajo en su temporada anterior podemos darnos el lujo de ilusionarnos. Solo falta un nueve de área, pero de refuerzos les voy hablar el martes que viene.

P.D.: ¡¡¡Bienvenido Lautaro querido!!!

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO GRANATE - @adelantadoGRANA