NOVEDADES

25 junio 2013

LA ÚLTIMA


25 junio 2013

Qué Domingo, qué Domingo... Nunca supe si eso que ocurrió en el Malvinas fue la última fecha del torneo, o una bienvenida a algún tipo de Carnaval. Porque a primera vista, era eso: una fiesta. Y observando con más detenimiento, con un ojo un tanto más crítico, podíamos llegar a la conclusión de que, sí, no estábamos errados. Era una fiesta. La última.

Tras el primer pitazo, me saqué de la cabeza (de un modo casi automático) el tema del promedio del año que viene, el objetivo de los 30 puntos, la partida del Mago, la de Insúa, la novela dirigencia-Ibáñez, los "hinchas neutrales" en la cancha. Me olvidé de todo eso y me acomodé para ver jugar a mi equipo. A nuestro equipo... Che, teniendo en cuenta todo lo que falta para volver a ver esas casacas moviéndose en la cancha, acomodarme a disfrutar era, aun en el peor de los casos, la mejor decisión, o Por lo menos así lo siento yo.

Bengalas, banderas, gente. Mucha gente, y los 11 en la cancha. Ellos: Lértora mordiendo tobillos con sus botines, Castillón despegando de Bianchi puteadas hacia sus defensores, Castellani añadiendo la magia que el 10 ya no podrá aportar, Castro con los toques justos. Todos... Todo el despliegue era algo que estaba disfrutando por completo. En el 0-0, más tarde cuando perdíamos, y después habiendo empatado; más allá de lo que marcara el tablero, ver al Expreso meter y meter, jugando en equipo (¡jugando al fútbol!), era algo que me ponía hasta contento... Al final de cuentas, es lo único que importa. Fanático de los colores, no del resultado.

Sonó el último pitazo y la estadística y los números se volvieron certeros: 1-1 en los 90 minutos, 29 puntos para el local. 16 goles en contra, 23 a favor. Séptimos en la tabla de posiciones y penúltimos en la tabla de promedios (sin contar a los recién llegados a primera). Nada de datos subjetivos. Con esto, el futuro se muestra más claro y amenazante que nunca... Pero en el momento, las preocupaciones no se adueñaron de nada ¿Quién sabe?, tal vez por haber sido la última fecha. No había tiempo para esas cosas.

Sonó el último pitazo y se fue... se fue la última, se fue el fútbol. Ese espacio distinto a todos los otros que ocupan nuestro día. Se fue pero queda ahí, con cada gol marcado y cada línea escrita, bien latentes, asomando cerquita de la superficie... Como si fuera ayer que arrancaba todo esto. Siendo hoy que de repente se termina.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TOMBA
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