Los que siguen esta humilde columna dedicada a nuestro amado granate, tal vez recuerden que en el final del pasado torneo titulé la última nota “Superávit”. En aquel momento veníamos de una mala campaña a cargo de Gabriel Shurrer. Luego con la llegada de “Los Mellizos” y después de un duro arranque, el equipo había encontrado una identidad de juego. Más allá que en aquel momento no se llegó alcanzar el título, se dejó una gran imagen y una gran esperanza para lo que venía.

Lo que vino en principio fue fantástico, pero sólo la primera etapa del certamen. Recuerden cuando se hablaba de Lanús como si fuera “El Barça” argentino. Pero todo quedo en eso, en un gran inicio convertido en una gran desilusión. Tristemente el equipo cayó en una pendiente de la que nunca supo levantarse o por lo menos lo logró tarde.

Pero no todo para mí es negativo, creo que contamos con un gran cuerpo técnico que va creciendo día a día. También contamos con jugadores como González, Pizarro, Marchesin, Izquierdoz, que sintieron la camiseta como nosotros y dejaron en claro que el club está por encima de “cualquier premio” que se pueda pelear. También sirvió esto para darse cuenta quiénes son los prescindibles y por quién hay que hacer un esfuerzo.

Es otra temporada que se dejó pasar el campeonato pero que seguramente deje mucho de enseñanza. Lanús es un revolucionario dentro del fútbol argentino, y una revolución se lleva a cabo escalón por escalón. Por lo que soy optimista para el futuro cercano de nuestra institución.

Hoy más que nunca me siento orgulloso de mi club y mis colores. Del que por más que duela perder el torneo, no necesito verlo campeón para amarlo cada día más.

P.D.: Feliz aniBersario Banfieleños S.A. y por muchos años más.