La violencia dijo presente una vez más en una cancha del fútbol argentino, y no es noticia. Es más, hasta lo tomamos con cierta normalidad. Ya no vale ni sirve buscar responsables, porque sabemos que todos los factores actuantes en mayor o menor medida, tienen su parte en esta historia, policías, dirigentes, políticos, hinchas, barras y hasta periodistas.

Lo que más me duele es que son partícipes de estos hechos muchas de las personas que comparten una tribuna conmigo y paradójicamente también son lo más sano que tiene el fútbol, que son los hinchas. Obviamente todos somos distintos y actuamos de diferentes maneras ante ciertos hechos y el comportamiento en masa difiere mucho de lo que son las personas en su vida cotidiana.

Hace años que los hinchas de All Boys no estaban involucrados en incidentes y conociéndolos bastante, algo grave debió suceder para que pasara lo que pasó, dentro de un partido que no tuvo nada que ver con lo que ocurrió en la tribuna.

La verdad es que me cuesta escribir sobre un hecho de violencia en el fútbol, porque pasa el tiempo y cada vez que consulto o hablo con una u otra persona, las versiones de lo sucedido varían notablemente o se van agregando temas o cuestiones que no se conocían.

Yo soy hincha de All Boys, quiero que mi equipo gane, que juegue bien; y también quiero ir tranquilo a la cancha y que la policía nos cuide, nos proteja, y no que nos maltrate, o nos golpee.

Por otro lado siempre buscamos que cada uno de estos hechos sea el último y sabemos que no es ni va a ser así, por más AFA Plus que nos quieran imponer (ojalá me equivoque). La voluntad de que esto no pase más muy pocos la tuvieron en serio. Se probaron muchos métodos y todos fracasaron y veo que nos encaminamos lamentablemente, a un fútbol sin hinchas visitantes, aunque sabemos que eso tampoco es garantía de nada.