Exactamente esto es lo que propone el director técnico nacional, Alejandro Sabella. Esto es lo que su escuela e ideología la enseñó a lo lago de su trayectoria: de visitante pensar el partido sin la posesión de la pelota y plantarse claramente en situación defensiva.De esta forma es que la Argentina va perdiendo prestigio internacional (el poco que le queda), tan bien encendido y fomentado por el gran César Luis Menotti y ese juego protagónico que siempre propuso. Que más acá en el tiempo supieron sostener Alfio Basile, Marcelo Bielsa y José Pekerman, jugando prácticamente igual en casa que fuera de ella.
Ahora, volvemos a estar presos de la táctica, presos de la estrategia y los movimientos planificados, presos de entrenadores que se creen superiores y más trascendentes que los propios jugadores. Regresamos a estos mediocres personajes que piensan que digitan todos desde afuera interpretando que los hombres que defienden la celeste y blanca son piezas de ajedrez sin creatividad ni inventiva.
Realmente resulta difícil de comprender, independientemente de que se puede tomar alguna precaución por la altura, la extrema precaución que tomó Sabella en Ecuador colocando cinco defensores y apostando como única arma de ataque algún contraataque aislado perpetrado por las individualidades estrellas, aquellas que llevaron a Pachorra donde está y de las cuales dependen sus días en la Selección.
A pesar de todo lo descripto anteriormente, claro está que el combinado nacional clasificará al Mundial que se disputará en Brasil por el simple hecho que la zona sudamericana no presenta mayor complejidad; pero ¿ustedes creen que este equipito es capaz de ganarle a Alemania, España o a los propios verdeamarelhos?
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MENOTISTA
