El famosísimo tema de John Lennon, que en nuestros pagos se lo conociera como “No me dejes caer” y cuya verdadera traducción es “No me defraudes”, mucho tiene que ver con la actual realidad del fútbol argentino y de Racing, que es lo que a todos los académicos nos interesa. Vale aclarar, dicho sea de paso, que Lennon simpatizaba por Racing y que existen videos que lo certifican. Dicha simpatía surgió por contraposición al odio que le profesaba al Celtic de Glasgow). O sea que la imagen de la portada no es un photoshop aleatorio o fumado. Fútbol: “No me defraudes”.
Reitero, en este prostituido contexto del balompié local todo lo que se diga o haga será tergiversado o malinterpretado. Es que el partido contra el cervecero fue tan pero tan malo e inexpresivo que da para todo tipo de suspicacias. Así como también dio para suspicacias el partido que perdiéramos contra el rojo, donde jugamos tan mal como contra Quilmes. Ahora bien, tratando de ser objetivos, debemos tomar en cuenta que, además de perder contra nuestro vecino, Racing le ganó a: San Martín de San Juan, San Lorenzo y Argentinos Juniors. Todos estos resultados, obviamente, beneficiaron al rojo, quien ya estaba con un paso al más allá y si Racing hubiese “entregado” todos esos partidos, el diablo ya estaría en la B. Esa es la realidad.
Y la pregunta crucial: ¿El partido contra Quilmes estuvo arreglado? Sinceramente, después de haber jugado mucho tiempo al fútbol, mi humilde opinión es que, tácitamente, algunos de los jugadores tomaron el encuentro como un entrenamiento. (Oh casualidad, lo que sugirió el chanchi Estevez). Pero no puede recortarse el relato, pues mostrar sólo una fracción de la verdad es mentir. Descaradamente, el rojo compró el campeonato del dos mil doce para no irse a la B y una sudamericana. Luego, Grondona adornó a Segura, parte de la barra brava del bicho, a Garcé y borraron medio plantel de Argentinos. Y como si esto no fuese poco, compraron a Tigre y bombearon a San Martín de San Juan. Contrataron por la fuerza a Brindisi luego de que Miguelito se negara rotundamente y de manera desvergonzada se reunieron con Marconi para acomodar los resultados y salvar al rojo. Dentro de este contexto, romperse el alma para ganarle a Quilmes es colocarse en la frente el rótulo de pelotudo importante.
Esto es como la película “El arreglo”, donde actuaba Luppi: Un tipo trabajador que obra de buena fe se queda sin agua y va en cana por sostener su integridad a raja tabla. No se puede ser más papistas que el Papa. No seamos ilusos, Racing no podía ganar, siquiera empatar. Los crucificaban en la calle Corbata. Toda nobleza y honestidad tienen un límite. La zona liberada la instaló la AFA y su mafia enquistada en nuestro fútbol con árbitros manipulados perversamente. Las puertas del infierno las abrieron ellos mismos. Si juegan sucio, juguemos sucio. No se puede poner la otra mejilla eternamente.
Muchos se enojan porque no me detengo a analizar exhaustivamente los encuentros ¿Se puede en tan enrarecido contexto? ¿Quieren que exponga el insólito jamás visto 4 – 6 – 0 que plantó Zubeldía? ¿Que todos jugaron para un rotundo aplazo? ¿Qué Saja pudo haber evitado el gol? ¿Que no hubo fricciones ni amarillas? Todos están por debajo de su nivel, nadie pone huevos. Desta manera, y por lo antes expuesto, no hay análisis que pueda sostenerse. Es más, me atrevo a asegurar que Zubeldía tiene los días contados. Se aproxima un colorado horizonte. La otra opción es el tótem con cara de aguilucho ñato.
Para despedirme nada mejor que una frase del genial beatle: “La vida es eso que ocurre mientras hacemos planes” cuya analogía en nuestro fútbol es bastante obvia como para explicarla.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO
