Creer o reventar, así son las cosas cuando de brujas se trata. No se necesita describir con muchas palabras a estos seres. Su solo nombre ya evoca un ambiente mágico e inolvidable. "Yo no creo en las brujas, pero que las hay, las hay", clama un famoso dicho popular. Y yo puedo dar fe de ello. No me lo contó nadie, lo viví. Que alguien me venga a decir que lo del Mineirao no fue magia. Que alguien se sienta digno de refutar lo que mis retinas grabaron a fuego. Que alguien se pare ante mi memoria para retarla a un duelo de recuerdos.
Verón es una bruja, señores. Verón es una bruja porque tiene la capacidad especial de comunicarse con los difuntos. Habla con Zubeldía, habla con Manera, habla con el Ruso Prátola, y desde hace un tiempo también lo hace con Aguirre Suárez. Que hable con ellos es el argumento más sólido que encuentro para explicar esa manera perfecta de representar la estirpe pincharrata dentro de una cancha. Verón es una bruja porque es vidente. Él sabe lo que va a pasar en el campo y se anticipa. Él sabe dónde van a estar sus compañeros unos segundos después y ejecuta. Él ve cosas que nadie más ve. Verón es una bruja porque te hechiza. Su acto mágico es totalmente efectivo. Cada vez que toca una pelota la gente se enamora, las miradas se posan sobre él arrastrando toda la presión y los flashes para que el resto se luzca.
Nadie o pocos pueden discutir al Verón jugador. Todos sabemos que estando parado es mucho más que varios. Cómo olvidar las palabras de Sabella: "Sebastián es el jugador más preponderante de la historia de Estudiantes". Y es así, es imposible negarlo. ¿Cómo no querer que vuelva?
Ahora bien, no hay que confundir. La decisión de su vuelta me genera cierto ruido que es imposible caretear. ¿Algo de miedo quizás? Puede ser. Miedo porque el duelo pos Verón ya lo habíamos hecho. Miedo a que el proyecto que tiene se le vaya de las manos. Veremos qué depara el futuro. Me gustaría que Pellegrino pueda trabajar tranquilo y que Verón se amolde a esta idea. Que no traigamos grandes figuras y que le demos espacio a los pibes, que en definitiva son los que podremos vender en el futuro.
Estoy tranquilo, ilusionado. Pero también alerta. La temporada que viene es muy importante. Confío en este ciclo y me deja tranquilo que haya jugadores pinchas dentro del plantel. Jugadores que puedan llevar la bandera que comenzó a mover Zubeldía hace más de 40 años.
Ahora más que nunca hay que tirar todos para el mismo lado. Vuelve el guerrero que porta la 11, el que llegó para sacarnos campeones, el que sigue en el Country a pesar de los millones que tiene en el banco. Es así, no le dé más vueltas. No pretenda entenderlo... es cosa de brujas.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO PINCHA - @DrBidon
