Dios: ¿Hola?
Brindisi: Hola, Señor.
Dios: ¡Hola! Esta porquería... no se escucha, ¿podés levantar la voz?
Brindisi: Hola, ¿me escucha ahí?
Dios: Un poco mejor, ¿podés subir...?
Brindisi: ¿Me está cargando, Señor? Acabo de bajar...
Dios: Ah, sos vos, con razón.
Brindisi: Señor, ¿sabe quién soy?
Dios: Más vale, sos Brindisi.
Brindisi: ¿Cómo me reconoció?
Dios: Y... viste, últimamente de tu club llaman todos, eh, ¿a vos quién te dio mi teléfono?
Brindisi: Lo encontré en la utilería, estaba doblado en un pantalón sucio de Hilario Navarro. Había quedado de la Sudamericana 2010.
Dios: Uy, sí, Hilario, me acuerdo. Buen pibe. ¿Se notó mucho que le di una mano?
Brindisi: Tuvo una copa fantástica, Señor.
Dios: Sí, lo quise compensar por el físico de mierda que le di. Pobre, se lesiona cada dos semanas. Igual la mayor ayudita de esa copa...
Brindisi: Señor, disculpe que lo interrumpa. Pero...
Dios: Sí, ya sé, ya sé. Llamás para pedir ayuda. Todos llaman para eso. A nadie le importa cómo estoy, y si necesito algo... que Dios me ayude, ¿no?
Brindisi: Bueno, si puedo colaborar...
Dios: Dejá, Miguelito, se ve que vos tenés vocación para los imposibles, hacer ganar al Rojo, ahora ayudar a Dios, lo próximo qué es, ¿bajar el dólar blue? Dejá, contame qué necesitás, que seguro es más fácil.
Brindisi: Bueno, estoy armando el plantel de Independiente para la próxima temporada. Quería que me ayudara. Estoy analizando los jugadores que tengo y..
Dios: ¿Lo sacaste a Farías?
Brindisi: ¿Por qué?
Dios: Primero sacá a Farías. Si no, no te ayudo. Perdí un año de mi vida intentando que haga un gol. Mis colegas ya dudan en llamarme Todopoderoso.
Brindisi: Pero tiene contrato con el club y...
Dios: Si no sacás a Farías, olvidate que te ayude. Yo tenía un prestigio, ¿entendés? Inundé ciudades, resucité muertos, envié plagas, saqué campeón a Arsenal... y por un amargo así me gastan todos los otros dioses. No sé, vendéselo a los mismos que compraron a Pavone.
Brindisi: Está bien, igual lo separé del plantel. Junto a otros.
Dios: A Tuzzio no lo hagas sufrir más, por favor. Con ese me zarpé un poco ya. Una vez me llamó porque deseaba tener un gran cuerpo. Le entendí mal, escuché "un gran cuerno". Y fijate lo que pasó después. Cuando lo quise arreglar ya era tarde.
Brindisi: Entiendo. Pero también están Zapata, el Malevo Ferreyra, Santana...
Dios: Che, pero esos ya deberían estar acá.
Brindisi: ¿Cómo?
Dios: A ver, esperá... (Se oye desde lejos) Che San Pedro, ¡Escuchame una cosa! (de nuevo desde cerca). Esperá unos minutos, Miguel.
Brindisi: ...
Unos minutos más tarde.
Dios: Ya está, perdoná. Viste cómo son los empleados, a veces. Zapata y el Malevo están muertos hace más de un año, yo mismo firmé el expediente... pero claro, San Expedito se va de vacaciones, San Pedro boludea... y mirá, todavía están ahí abajo. Es terrible la burocracia celestial.
Brindisi: También tengo a Battión.
Dios: Uy, de ese tengo la culpa yo. Quise hacer un Marangoni, un Redondo... lo armé con pinta, rubio, alto, buen porte... Me quedó bien. Pero después me olvidé de ponerle fuerza y cerebro. Colgué, perdón, estaba con muchas cosas.
Brindisi: Igual, con depurar no alcanza. Hay que reforzarse, yo pensaba apelar a históricos y su sentimiento por el club, un poco como el Chori y Cavenaghi...
Dios: Dale, ya te los convenzo a Agüero y Forlán, ¿te parece?
Brindisi: Eso sería genial.
Dios: No seas ingenuo, Miguelito, ¡te estoy cachando! Forlán en este momento se está empernando garotas sin tregua en Porto Alegre y Agüero la junta en volquete en el Manchester, ¿vos los ves durmiendo en una hostería 2 estrellas antes de jugar con Crucero del Norte?
Brindisi: Está bien, entendí. Busco jugadores de la categoría.
Dios: Buscá jugadores, primero. Hace mucho que no traen un jugador. ¿El Rolfi no querrá volver?
Brindisi: Jugó todo este semestre. Volvió a principios de año, Señor.
Dios: ¿En serio? ¿Este campeonato jugó? Entonces están jodidos. Bueno, pero a Caicedo te lo podés quedar. Hay mala iluminación en muchas canchas de la B, y cuando esté bien oscuro, la pantera te puede hacer la diferencia. No lo marca nadie.
Brindisi: Y, pueden ser ellos, más algunos pibes del club, cuando se recupere Fredes...
Dios: Ese está grandecito, yo que vos lo mando para España, a préstamo al Granada, a ver si explota.
Brindisi: Señor, la situación en el club es grave...
Dios: Y es que el presidente que tienen es dos veces animal.
Brindisi: ¿Cómo?
Dios: Y, es "Can" y "Tero"...
Brindisi: ...
Dios: Reíte un poco Miguel, no te lo tomes así. Tomalo con calma. Apoyáte en tu ayudante de campo para tomar las decisiones correctas. ¿Quién es tu ayudante?
Brindisi: Va a ser Gaby Milito.
Dios: Ah, entonces mejor no te apoyes, a ver si se quiebra... ¡Perdón! Chiste, chiste. Es un tipo con experiencia, él va a saber. Tuvo mucho tiempo de mirar fútbol desde adentro.
Brindisi: Eso es cierto. Además, es joven, conoce al futbolista de hoy, es para confiar.
Dios: Yo estoy seguro de que la va a romper... No, en serio, conversá con él. Seguro habrá cracks que no les pese la camiseta, quieran cobrar poco, tengan hambre de gloria y quieran participar de un proyecto en el que hay muchísimo más para perder que para ganar.
Brindisi: ¿Usted dice?
Dios: No la verdad que no creo. Pero te lo digo para que te quedes más tranquilo. Mejor conseguí lo que puedas y me volvés a llamar. Si ascendió Olimpo con Bou de 9, si Central ascendió con Caranta y con Ferrari... si Gimnasia casi gana un campeonato... seguro que algo por vos puedo hacer.
Brindisi: Entonces quedamos así, consigo lo que puedo y lo vuelvo a llamar. Le agradezco mucho, Señor.
Dios: No hay de qué, pero vos no te olvides, tampoco.
Brindisi: ¿De qué?
Dios: Farías, sacá a Farías. Si no, andá a que te ayude Mahoma.
Brindisi: Se lo prometo, lo voy a sacar. ¡Hasta luego, Señor!
Dios: Por favor. Hasta luego, Miguelito.