El análisis del partido es repetitivo desde hace un tiempo a esta parte, pocas ideas y escaso volumen de juego. En esta oportunidad se empató con un Independiente recién descendido y colmado de juveniles… fuimos ampliamente superados.
Una vez más un montón de muchachos uniformados con el escudo rojo y negro en el pecho, salieron a pelotear en el otrora “Cementerio de Elefantes”. Nada de nada, ni el aliento incondicional del hincha sabalero que da todo sin esperar nada, ni los gritos descarnados de ese espectador sufrido pidiendo sacrificio, ni el reclamo hacia los dirigentes, parecieron despertar del sueño eterno a los jugadores.
Sinceramente esperaba comenzar este segmento destacando la recuperación del equipo, tan reclamada por la Patria Sabalera, luego de lo que fue el papelón, la poca entrega y el paupérrimo rendimiento que el “team” viene mostrando desde hace tiempo. Esperaba una cuota de eso, que muchas veces los equipos limitados en recursos futbolísticos sacan a lucir cuando la vergüenza deportiva hace mella… “huevo, huevo, huevo”. Esperaba una despedida acorde a la lealtad que la Santa Fe Sabalera merece. Me quedé esperando nomás.
El equipo, a lo largo de todo el torneo y más en los últimos partidos, respetó un libreto mediocre de táctica cobarde y paupérrima entrega. Diez jugadores, limitados físicamente, tirados atrás, y tratando de rechazar a pelotazo limpio toda pelota que llegase a las inmediaciones del arco propio; y así lograr de carambola que la agarre el “Puma” Gigliotti para que se las arregle y convierta.
Nos convertimos en un equipo sin ideas de lo que es el juego colectivo, de tirar paredes, de levantar la cabeza y mirar a un compañero para entregarle el balón, de lograr tres toques seguidos, de sacrificio, de amor propio. Hay que volver a las fuentes… el fútbol no es sólo táctica y estrategia, es sentido común, es juego cooperativo, es alma y vida.
Gracias a Dios se terminó el torneo, Colón nuevamente fue un intento de todo y un resultado de nada. Con inteligencia, amor a los colores y dejando de lado los intereses propios, podemos salir adelante y llevar la “Sangre y Luto” al sitial de honor que realmente merece. Señores y señoras, es imperante barajar y dar de nuevo.
P. D. Infinitas gracias a los jugadores de Reserva por haber logrado el CAMPEONATO al superar a Independiente que venía segundo por 4-1 (Pariani, Jourdan, Callejo y Villarruel).
Una vez más un montón de muchachos uniformados con el escudo rojo y negro en el pecho, salieron a pelotear en el otrora “Cementerio de Elefantes”. Nada de nada, ni el aliento incondicional del hincha sabalero que da todo sin esperar nada, ni los gritos descarnados de ese espectador sufrido pidiendo sacrificio, ni el reclamo hacia los dirigentes, parecieron despertar del sueño eterno a los jugadores.
Sinceramente esperaba comenzar este segmento destacando la recuperación del equipo, tan reclamada por la Patria Sabalera, luego de lo que fue el papelón, la poca entrega y el paupérrimo rendimiento que el “team” viene mostrando desde hace tiempo. Esperaba una cuota de eso, que muchas veces los equipos limitados en recursos futbolísticos sacan a lucir cuando la vergüenza deportiva hace mella… “huevo, huevo, huevo”. Esperaba una despedida acorde a la lealtad que la Santa Fe Sabalera merece. Me quedé esperando nomás.
El equipo, a lo largo de todo el torneo y más en los últimos partidos, respetó un libreto mediocre de táctica cobarde y paupérrima entrega. Diez jugadores, limitados físicamente, tirados atrás, y tratando de rechazar a pelotazo limpio toda pelota que llegase a las inmediaciones del arco propio; y así lograr de carambola que la agarre el “Puma” Gigliotti para que se las arregle y convierta.
Nos convertimos en un equipo sin ideas de lo que es el juego colectivo, de tirar paredes, de levantar la cabeza y mirar a un compañero para entregarle el balón, de lograr tres toques seguidos, de sacrificio, de amor propio. Hay que volver a las fuentes… el fútbol no es sólo táctica y estrategia, es sentido común, es juego cooperativo, es alma y vida.
Gracias a Dios se terminó el torneo, Colón nuevamente fue un intento de todo y un resultado de nada. Con inteligencia, amor a los colores y dejando de lado los intereses propios, podemos salir adelante y llevar la “Sangre y Luto” al sitial de honor que realmente merece. Señores y señoras, es imperante barajar y dar de nuevo.
P. D. Infinitas gracias a los jugadores de Reserva por haber logrado el CAMPEONATO al superar a Independiente que venía segundo por 4-1 (Pariani, Jourdan, Callejo y Villarruel).
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO SABALERO - @Colon_Historia
