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30 mayo 2013

ZUBELDÍA HABLA CON DIOS


30 mayo 2013

Dios: Hola

Zubeldía: Hola, ¿Dios?

Dios: Sí, ¿quién habla?

Zubeldía: Zubeldía, Señor.

Dios: ¿Qué hacés Osvaldo? Con vos quería hablar... ¡Dejá de pinchar a los Santos en Misa! Se viven quejando... que no los dejás dar ni 3 evangelios seguidos, que cortás el rezo cada 5 minutos, que tirás las hostias afuera para hacer más lenta la Comunión, basta.

Zubeldía: No, Señor. Luis Zubeldía, técnico de Racing.

Dios: Ah, hubieras empezado por ahí. ¿Quién te dio mi teléfono, pibe?

Zubeldía: Lo conseguí en el club, lo tenía guardado el utilero desde la época de Merlo, allá por el 2001. Me dijo que Usted los ayudó mucho.

Dios: ¿Si ayudé? Me faltaba entrar a cabecear en los corners nada más. ¿Cómo te creés que salieron campeones con Loeschbor, Arano, Chatruc, Vitali y Úbeda? Fue un milagro, pibe.

Zubeldía: ¿Para tanto?

Dios: Y mirá... me costó menos ayudar a Moisés cuando separó las aguas del Mar Rojo. Con eso te digo todo.

Zubeldía: Entiendo... Pero ahora necesito que me ayude, Señor. Tengo un dilema moral que no sé cómo resolver.

Dios: Mo... ¿qué?

Zubeldía: Moral, Señor.

Dios: A ver... bancá que lo googleo. Ah, sí, moral... ahí lo encontré.

Zubeldía: Todos quieren que vayamos para atrás contra Quilmes para perjudicar a Independiente. Necesito un consejo suyo, ¡no sé qué hacer!

Dios: Y, mirá pibe, ya lo dice la Biblia: "Si tenéis la oportunidad de cagar al Diablo, hacedlo".

Zubeldía: Me gustaría leer ese evangelio, Señor.

Dios: Bajate la última versión de la Biblia por Internet, ahí está todo, la subió San Pedro ayer. Si te salta un cartel diciendo que es un troyano, desactivá el antivirus y actualizá la página.

Zubeldía: No sabía que tenían un portal.

Dios: Sí, bueno, lo que pasa es que nadie lo difunde. Se creen que porque uno es Dios tenés todas las visitas del universo, pero no es así. No los puedo obligar. Al final, tanto libre albedrío para que nadie me clave un "me gusta".

Zubeldía: Bueno, pero yo ya le hice un pedido y no me lo cumplió nunca. Deseaba recuperarme de la lesión y seguir jugando. Pero usted no me oyó y me tuve que retirar.

Dios: Ah, ¿viene de reproche la cosa? Yo podía hacerte volver a jugar, pero no lo hice para protegerte.

Zubeldía: Me tuve que retirar a los 23, ¿qué clase de protección fue esa, Señor?

Dios: Mirá, yo te podía hacer volver, pero ibas a quedar como Milito. O como Battaglia, ¿entendés? Ahora, en cambio, les llevás como 10 años de ventaja. Al final te hice un favor, ¿no te parece?

Zubeldía: Es verdad, le agradezco Señor... Ahora, con respecto a mi pedido...

Dios: Sos raro, pibe. La gente me llama para pedir imposibles: salvar a Argentinos del descenso, una  AFA transparente, que Cellay juegue bien de 4... pero vos me pedís algo totalmente normal. Milagroso es hacer que Racing gane. Que pierda está en su esencia, así hice yo a la Academia.

Zubledía: Claro, pero imagínese, existe la posibilidad remota de que ganemos.

Dios: Aceptemos que con vos de técnico es más remota todavía. Estoy viendo tu curriculum...

Zubeldía: Bueno, soy un técnico joven...

Dios: Dejá de robarla con eso... lo que vos me pedís es insólito: ser el técnico de Racing y no perder ¡es como manejar un autito chocador y no pegarte un palo con nadie!

Zubeldía: Es que tengo miedo, si ganamos me matan. Pero la moral me impide ir a menos...

Dios: "La moral... la moral" y dale con esa palabríta. Los dos buscamos lo mismo, ¿no? Joderlo al Diablo. No tenés por qué pedirle a tus jugadores que vayan para atrás. Acordate que son Racing, nacieron para atrás. Si necesitás más seguridad, podés tomar medidas que te garanticen la derrota...

Zubeldía: ¿Cuáles serían?

Dios: Fácil. Primero ponés de titular al Pepe Sand, decís que es para darle rodaje. Con eso, le hacés un bien a él y a la vez te garantizás que Racing no haga ni un gol. Si necesitás más seguridad, le das vacaciones a Saja. Le decís que lo querés premiar con unas vacaciones y lo mandás con todo pago a la Polinesia.

Zubeldía: ¡Qué ingenioso!

Dios: Para más seguridad pedí que jueguen con la velocidad de Bolatti y la inteligencia de Zucculini.

Zubeldía: Señor, usted es Dios.

Dios: ¡Chocolate por la noticia! A Zeus le decían lo mismo. Todo sea por hundir al Diablo.

Zubeldía: Gracias, señor.

Dios: De nada, andá por la sombra. Y cortáte ese pelo, que ya estás grande.

OTRAS CHARLAS ADELANTADAS...
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