NOVEDADES

28 mayo 2013

ESTO ES RACING


28 mayo 2013

Un equipo inestable. Al borde del abismo. A un traspié de quedar fuera de todo: campeonato, copa argentina, sudamericana, fútbol y tolerancia.

El equipo se retiró silbado. Y esta fanfarria suburbana es el preludio del ocaso. Y, curiosamente, creo que la frutilla del postre la plantará un triunfo frente al cervecero. Es que este desvirtuado fútbol nuestro de cada semana da para todo: para que los vecinos festejen nuestra victoria y nosotros la propia derrota. Seamos sinceros, sin nada porqué pelear, nuestra mirada se abstrae con el sufrimiento del enemigo.

¿Y cómo no caer en la reiteración de los comentarios si el equipo de Luís Zubeldía repite, paradójicamente, una alarmante intermitencia que, cada vez, apunta hacia más abajo? Las frases del técnico comienzan a sonar huecas porque carecen de sustento: “La idea es ganar”, dijo en conferencia de prensa. Tan profundo y esclarecedor como que el Papa Francisco diga “Estoy a favor de la paz”. “No hay dudas de que fuimos irregulares durante el torneo, pero también hubo muchos equipos que fueron más irregulares que nosotros”, agregó. Otro gran hallazgo. Sí, sí, y también hubo otros más regulares y el ombú es un arbusto. Su discurso fue una sucesión de vacuos sofismas.

Nada augura que esta performance varíe en este torneo. Tan sólo ruego y anhelo no empeore y aparezca la patada final que nos arroje al pozo de los no deseos, de la figurita repetida. Y, si bien, ya estamos duchos en térmicas, fusibles y disyuntores, sigo teniéndole terror a la oscuridad del cortocircuito. Odio decirlo pero la mecha es corta.

Por razones laborales, vi este partido por la tele en Bolivia (allí son fanáticos de nuestro fútbol). Y, desde el altiplano, a tres mil metros sobre el nivel del mar, vi venir el gol ante el regalo de Corvalán. La pelota entregada, finalmente, concluyó en el empate. The same old story. Sigo sin comprender tanta estulticia de parte de Zubeldía y anteriores técnicos al insistir con tipos que jamás estuvieron a la altura de un grande. Lo preocupante es que siguen agregándose participantes a esta danza macabra, embelesados al compás de desafinadas melodías de mediocres flautistas de Hamelin.

Salvo Saja y Cahais (quizás Ortiz) el resto fue de regular para abajo. Pillud que tiene tanta pegada como Pinocho en pantuflas convierte drops desde cuarenta metros y Fariña se la pasa al hombre invisible en el borde del área chica en vez de rematar al arco. De Paul siempre engancha para el lado contrario y el medio es Land of confusión, Cámpora comete infracciones infantiles cerca de nuestra área y el pulpo se convirtió en un lento correcaminos sin GPS.

Hace falta un fuerte tirón de orejas. Acomodar los patitos. Retomar el manual del alumno bonaerense y releer “Platero y yo”. Porque “A río revuelto, se los lleva la corriente”. Una corriente, discontinua, alterna. Veamos si aprovechamos alguna chispa y ligamos un electroshock que nos quite deste estado catatónico o compramos un desfibrilador que nos regrese el pulso perdido. Y contra Quilmes que gane el mejor… que es Quilmes.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉ
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