Dios: ¿Quién? Mirá si sos
de Movistar te aviso que no pienso...
Caruso: No señor, habla
Caruso.
Dios: ¿Otra vez pibe? Ya te
expliqué cómo marcar… no me digas que seguís con el asunto de los penales…
Caruso: Lombardi, Señor,
Lombardi.
Dios: ¿El que comenta
estupideces en TyC?
Caruso: No, Señor, Caruso
Lombardi.
Dios: ¿Seguro
sos vos?
Caruso: Sí, señor, ¿me conoce?
Dios: Claro, si estás en todos lados. Te falta salir en Disney Channel nada más.
Caruso: Bueno, señor, tengo
una profesión pública. Póngase en mi lugar.
Dios: ¡Ni loco! Ya bastante tengo con el cielo como para seguir salvando muertos. Arreglate vos con el Bicho ¿Para eso me llamaste?
Caruso: No, señor, lo llamé
porque necesito que me ayude.
Dios: Upa, Ricardo. A
ver... acá San Pedro me está alcanzando tu ficha... Veo que siempre me pedís
imposibles. Salvar a Racing y a San Lorenzo, al Bicho, sos insaciable.
Caruso: No quiero abusar...
Dios: Ay, Ricardo, si
todos mis empleados en la Iglesia dijeran lo mismo...
Caruso: Digo que no quiero abusar de su generosidad.
Dios: Tranquilo, Ricardo, pedí, acá todos vienen y piden. Total, claro, siempre está Dios, para eso está Dios. Y Dios, ¿a quién le pide, eh? Los gobelinos ya me tocan los meniscos de escuchar los pedidos de la gente.
Caruso: Bueno, disculpe,
Señor, pasa que andan diciendo que soy falso, que..
Dios: Es que en tus conferencias de prensa sale más humo que cuando elegimos Papa en el Vaticano, Ricardo.
Caruso: ¿Lo ve? Usted también se deja llevar por las difamaciones. Por eso le quiero pedir que blanquee mi imagen.
Dios: Uf... mirá, es
jodido, con el blanqueo últimamente tengo problemas... ¿lo conocés a Fariña? Me
vino a pedir lo mismo el otro día y terminó todo en un quilombo. Por suerte yo no
tengo imagen, porque sino el gordo Lanata me escrachaba a mí también.
Caruso: Es otro blanqueo. Necesito que limpie mi imagen.
Dios: Pará, eso es más
difícil que blanquear a Caicedo, que de noche es el hombre invisible.
Caruso: No se burle, Señor,
la estoy pasando mal.
Dios: Sabés qué pasa,
Ricardo. Yo con el blanqueo vengo de malas experiencias. Michael Jackson nunca
me lo agradeció y se la pasó careteándola con que era una enfermedad. Cuando
quiero hacer lo mismo con Pelé, resulta que destiñe. Blanquear no es fácil.
Caruso: Pero es que temo que
no me contraten nunca más por la fama que me hicieron.
Dios: Uy, pero la fama es puro cuento. Imaginate, yo estoy entre los 10 tipos más famosos y sin embargo algunos todavía dicen que no existo. No le des bola.
Caruso: Yo trato, señor,
pero mi imagen está muy manchada. ¿Cómo podemos hacer?
Dios: A ver, por lo que
veo en tu expediente vos siempre agarrás algún club desesperado...
Caruso: Vienen a mí.
Dios: ...y como vienen desesperados te ponen cualquier tarasca para que los salves, ¿no?
Caruso: Algo así.
Dios: Mirá, vos estás viniendo a que te salve, ¿o no? De que tu imagen se vaya a la "B", digamos.
Caruso: Sí, en cierta forma sí, Señor.
Dios: Entonces yo vendría a ser tu Caruso, digamos.
Caruso: En cierta forma.
Dios: Bueno, ¿qué haría Caruso en mi lugar?
Caruso: Dígame usted.
Dios: Hagamos así, Ricardo. Yo estoy necesitando unos mangos, porque tengo una deuda con Movistar, sabés. Todos los giles me llaman por cobro revertido porque piensan que me sobra la guita.
Caruso: Entiendo, ¿pero qué tiene que ver conmigo?
Dios: Hagamos así, Ricardo. Yo te blanqueo la imagen, pero cuando esté limpia, vos me das el 15% de la que juntes dirigiendo.
Caruso: Epa, el 15% es mucho.
Dios: Vamos, Ricardo, acordate que yo estoy en todas partes, ya vi como te manejás vos ahí abajo, eh.
Ricardo: Está bien, Señor, acepto.
Dios: Bueno, genial. Me
pongo a laburar en eso. Hay que tener paciencia, eh. Hablamos cuando tenga que
cobrar el primer cheque.
Caruso: Listo, quedamos así.
Dios: Hasta luego Ricardo.
Caruso: Gracias, Señor. Hasta luego.