Jugando un poco con los números tenemos que: con dos puntos más nos olvidamos del descenso, con los logrados hasta ahora estamos en Sudamericana, que estamos quintos (sí, quintos y festejo), que goleamos por segundo partido consecutivo, con tres victorias al hilo y con dos vallas invictas seguidas, que avanzamos en la Copa Argentina; motivos varios para terminar un domingo de esos depresivos a priori, con una buena alegría.
Resulta tan claro encontrar el punto de inflexión de este equipo. Fue cuando Pizzi se convenció de que Jara y Straqualursi no tenían argumentos para jugar de titulares en San Lorenzo. Allí aparecieron los Villalba, Correa, Navarro, Verón. Los pibes que sacaron de la intrascendencia al equipo. Que plantearon algo nuevo, con mejor o peor resultado, pero saliendo del libreto, animándose a otra cosa. Así se revaluaron Piatti, Buffa, Kalinski, Kanemman. Se sostuvo Mercier como pilar y eje del equipo. Se afianzó la defensa aún en las distintas variantes que fue presentando. Y en el partido de ayer, hasta se vio seguridad en el arco. Todo este combo se presenta hoy como un equipo rápido, con resto físico, eficaz y, por sobretodo, con muy buen futuro. Y sin tener en cuenta que en el banco están el Pipi, Ruiz o Cetto.
Quizás me muestre feliz o exultante por demás. Me lo voy a permitir. Sin críticas para esta semana y con mucha ansiedad para que llegue el próximo partido. ¿Viernes, sábado, domingo? No… Lunes. AFA, gracias por hacernos la vida fácil. Pasa que hay que sacarle rating a Susana, dirán.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CUERVO
