Hasta el sábado podía existir la sospecha que San Lorenzo manejaba los partidos, fallaba en la definición y eso evitaba sacar los buenos resultados. Es más, el partido con River servía para sostener esta teoría. Gol tempranero y posterior dominio del encuentro. Bueno, el sábado se termino por caer la mentira.

Arrancar ganando con semejante gol del pibe Villalba invitaba a pensar en una tarde de sonrisas. Tremando gol del juvenil. Hacer fácil lo difícil. Tan en contraposición con lo que nos vienen entregando los delanteros de “jerarquía”. Sin embargo, la defensa del Ciclón tenía otros planes. Error tras error, se encargaron de que Racing armara su juego y nos hiciera la misma cantidad de goles que teníamos hasta ese momento. Por el lado de Buffarini y Gentiletti se cansaron de ir y llegar al fondo. En ataque se siguió como se venía, sin ideas, sin ganas. Piatti se arrastra por la cancha. Es muy evidente cuando un jugador sólo tiene motivaciones personales, y no le interesa el equipo. No importa, será uno de los tantos que se tengan que ir en junio.

El problema es que ellos se van y quedan las consecuencias. Es decir, campañas desastrosas. Es tan triste esto que estamos a mitad de torneo y ya estamos pensado en el próximo. Cero expectativas más que sumar puntos para no volver a sufrir en el futuro.

Pizzi evidentemente no puede encontrar el equipo ni el juego. Su discurso no se ve en la cancha. San Lorenzo es protagonista de la intrascendencia. Y se empieza a hablar de plazos. Por ahora dirán que es mentira, que se trata de rumores, pero da la sensación de que el futuro de el DT ya está marcado. ¿Olor a Falcioni..?