Por fin un poquito de calma en el barrio
cervecero, se ve que el cachetazo en Córdoba hizo reaccionar a todos. El
técnico aflojó con los caprichos y le devolvió a Cauteruccio su lugar, mientras
por el suspendido y lesionado Serrano, ubicó a Quílez que aunque seguía dejando
afuera a Mandarino, siempre o casi siempre rindió. Y ambos respondieron.
Volvió la desfachatez de Jacobo pisando la
pelotita y armando grandes jugadas con lujos y criterio y uno se ilusionaba.
Pero siempre hay un pero. El Decano trataba de jugar y el árbitro no lo dejaba.
A los 25, tras córner de Mansilla, Lema conectaba perfectamente de cabeza y la
clavaba del ángulo; pero se ve que a Trucco le pareció que un gol de Quilmes
era infracción, capaz en algún lugar del reglamento dice que no vale, porque
sin ninguna razón comprobable, anuló la acción. No quiero pensar que dos goles
mal anulados en dos fechas consecutivas y arbitrajes que parecen inclinar la
cancha, tienen una mano negra que los maneja, pero no puedo evitar temer un
poco.
A los minutos avisó la visita e invitó a que
Trípodi tuviera una de esas salvadas espectaculares que acostumbra, y la
respuesta fue un tiro de Caute muy cerquita del palo derecho.
A los 13 del segundo tiempo llegó otro gol
anulado a Quilmes aunque esta vez, por leve offside en la jugada previa, estuvo
bien. Caute definía exquisitamente, hubiera sido un golazo. Seguía la cosa sin
mucho, pero si no se sufre en Quilmes, no vale, por eso en una jugada rápida
quedaron todos mal parados y con alguna que otra carambola, el Pincha pegó un
tiro mordido en el palo a los 37. Seguramente ahí hubieran terminado las cosas,
pero la justicia se hizo presente.
El partido se moría cuando Quílez tuvo una
escapada bárbara tocando con Elizari, y mandó un centro atrás. Cauteruccio la
pisó, hizo una de papi y definió de zurda para el 1 a 0 que desató la euforia
cerrando la boca de todos los que dicen que va para atrás a propósito. En lo
personal, me molestó mucho la caradurez de un montón de gente que empezó a
corear “uruguayo, uruguayo” cuando lo estaban matando, pero esto es así.
Sobre el final y para la estadística, Coco
Martínez reventó un tremendo tiro libre en el palo, que parecía irse afuera
pero se cerró de golpe y dejó a todos de cara.
Más allá de la magia que el equipo un día
tuvo, se recuperó la actitud para lograr los 3 puntos. Más allá de cualquier
Trucco… perdón, truco para complicarnos, pudimos sobreponernos. Y conseguir una
victoria vital. Ojalá la semana que viene contra River tengamos un partido
Monumental que alimente la ilusión.
Por lo menos, así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO - @adrian28qac