Ya teníamos preparado el mate y las facturas. Ahí estábamos, mi hermano y yo pegados al televisor. Los dos vivimos en La Plata, ciudad en la cual estudiamos y que en los últimos días la está pasando muy mal. Habíamos esperado este partido con ansias durante toda la semana. Nada podía arruinar nuestro domingo de fútbol, porque si bien Boca Unidos era un partido complicado, nosotros sabíamos que en el Carminatti los pasábamos por arriba.
Arrancamos a mirar el partido relajados, con el mate yendo y viniendo, sabiendo que en cualquier momento la íbamos a embocar. Respetamos las cábalas a rajatabla; “Vos sentate acá que yo voy de este lado”… “Mira Juan, el Carminatti está lleno”, fueron los primero comentarios mientras los jugadores se acomodaban en el terreno de juego. “Si, hoy tenemos que ganar si o si”, opinó él. Los primero minutos del partido fueron aburridos, pero estábamos tranquilos porque sabíamos que en cualquier momento el equipo despertaba…
“Vos espera que la agarre Bou y ahí no nos para nadie”, los dos sabemos que el correntino es el "as" de espadas cuando las cosas no salen bien. Fue pasando el tiempo y el partido era tan aburrido como cuando arrancó, Olimpo no reaccionaba y el miedo a repetir el partido frente a Merlo empezaba a asomar. Terminó el primer tiempo y no pasó casi nada (por no decir nada). Esperamos los 15 minutos del entretiempo para que Perazzo los cague a pedos y el equipo reaccione, pero ni siquiera eso. El segundo tiempo fue tan o más aburrido que los primeros 45 minutos. Los mates y los comentarios de esperanza y tranquilidad los cambiamos por nervios e insultos. Es que el equipo no nos demostró nada. Nada de nada. Olimpo no supo ser más frente a un rival al cual debería pasar por arriba y más teniendo en cuenta que jugamos de local. Y es por ahí donde pasa mi máxima preocupación, de los últimos tres partidos que jugamos en casa no ganamos ni uno y encima jugamos muy mal con dos de los peores equipo del torneo.
Da la sensación que el golazo de Bou hace una semana sirvió para tapar ciertas falencias que se vienen viendo desde hace tiempo, no podemos depender siempre de él. Analizando línea por línea puedo decir que en la defensa los laterales son un desastre, a Adrián Martínez lo desbordan constantemente y ya no encuentra la misma claridad cuando pasa al ataque. De García mejor no opino nada, solamente digo que no veo la hora de que vuelva Villanueva. En la mitad de la cancha Marcelo Vega y Gutiérrez no agarran la pelota, pregunto: ¿Qué espera Perazzo para hacer cambios? ¿Por qué mete a Recalde y no al “Chory” Vega? O mejor dicho ¿Por qué no juega Vega? No le encuentro una explicación lógica a esa pregunta, y no me vengan con que el DT lo ve toda la semana, porque basta sólo con ver a David Vega caminar por la calle para darse cuenta que le sobra categoría para jugar en la B Nacional. Yo pido la titularidad.
Siguiendo con el análisis, tengo que destacar que los tres cambios que realizó Perazzo durante el partido fueron uno más malo que el otro. Entró Recalde que ni siquiera tocó una pelota y Romero que su último partido había sido por la Copa Argentina no se hace cuanto tiempo. De Lea González no hay mucho para decir tampoco, pero hay que darle más minutos porque quiere la camiseta y nos puede dar mucho cuando agarre confianza y juego.
Hay formas y formas de perder un partido, a mí particularmente me molesta más cuando veo que el equipo no va al frente, y el domingo vi un equipo tímido y sin ganas. Si queremos ascender, Perazzo deberá poner lo que hay que poner y hacer varios cambios, porque jugando así el objetivo se va a complicar.
El fin de semana que viene voy a estar en la cancha de Huracán esperando un cambio de actitud y, esperando también, que Olimpo salga a ganar. Yo confío en este plantel y sé que no nos van a defraudar. Desde acá, como siempre, el amor seguirá siendo incondicional.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO AURINEGRO - @Aaurinegro