Difícil
hablar de algo cuando lo que pasó fue prácticamente nada. Tocó jugar un partido
importantísimo contra un directo como es San Martín de San Juan, después de una
semanita agitada, otra vez problemas con los pagos, de nuevo amenaza de no presentarse
a jugar, repetición de la historieta que hace muy poquito dijeron que se había
terminado. Parece que se estuvo más concentrado en eso que en el encuentro, no
sé si la situación los distrajo o desencajó, pero lo cierto es que
a la hora de jugar, nos regalaron un dolor de ojos.
El partido
dejó muy poquito en líneas generales. Las ausencias se sintieron, es muy
diferente jugar sin Mansilla, que es uno de los puntos más altos de este
equipo, cuando no hay otro creador que haga su tarea. Su reemplazante fue
Leandro Díaz que si bien no es el mismo tipo de volante, solía caracterizarse
por la garra y entrega, pero sigue en un nivel increíblemente bajo. Encima,
llama poderosamente la atención que, más allá de jugar bien o mal, está lento a
pesar de haber tenido una fuerte pretemporada y eso desespera totalmente al
hincha. Lo peor es que a nadie le sorprende. La falta del Polaco Menéndez es
evidente. Su lesión dejó como “positivo” que se le abrieran las puertas a
Cauteruccio para que empiece a volver a ser él, que sabemos todo lo que puede
dar; pero también indefectiblemente le dio otra vez la posibilidad de jugar a
Diz, ya que como si fuera poco, también Telechea está fuera por lesión. La
torre mete voluntad, pero necesitamos mucho más que eso, y creo que hablo por
todos cuando digo que resignamos las esperanzas de gol cuando vemos que le toca
entrar. Encima se lesionó Willy, así que se suma a las bajas recién nombradas y
al hace rato ausente Carli.
Lo más
destacado de la jornada no fueron el par de llegadas para cada uno, de las
cuales voy a rescatar solamente le media vuelta de Chirola bien contenida por
el portero y un mano a mano que tapó Trípodi. En un partido así, puedo centrarme
en disfrutar que Caneo volvió a pisar el césped del Centenario y hacer esas
calesitas lentas que vuelven locos a los rivales. Qué lindo fue volver a
escuchar una ovación para ese que nos hace pensar siempre que con sólo una
pincelada de magia, se puede llegar a abrir el partido más cerrado.
Por lo
menos, así lo siento yo.
ADELANTADO
CERVECERO – @adrian28qac