En el antes y en el después de la Lepra una golondrina y una utopía. La golondrina que no hace verano es haberle ganado de local por la Libertadores al mediocre Sporting Cristal tres a uno. Bien Peñalba, algo de Botta, Orban como siempre y el mejor de siempre Pérez García. No mucho más. Y ahora en la semana jugar con Libertad en Paraguay para saber sí se puede acceder a octavos de final del torneo continental. Viendo como juega este Tigre es casi una utopía. Ojalá que si pierde al menos lo haga dignamente. Y aunque suene raro o poco creíble viniendo de un hincha, acaso lo mejor que le puede pasar a Tigre es no seguir coqueteando con trofeos para los cuáles no tiene ni equipo ni jugadores aptos. Aunque duela, más vale que se dedique en serio y de lleno al torneo local porque la paciencia de la gente se está agotando como así también el crédito de Gorosito. El equipo sacó 23 puntos en 28 partidos, campaña de descenso clavado para lo que viene. Hay que dejarse de jorobar de jugar copitas para lo cuál Tigre no está preparado. Los dirigentes no se han molestado en tener un plantel más grande para eso y menos que menos de traer profesionales de jerarquía. 

Por todo esto no vivamos de ilusiones, veamos la realidad. Pensemos más en Argentinos que en Libertad. Soñemos con ganarle a Independiente, Quilmes, Belgrano, etc., y no con eliminar a Mineiro, San Pablo o Corinthians. El día que tengamos un plantel para pelear medianamente en los dos frentes, adelante, por ahora es sólo ver como remediamos las tristísimas derrotas con Unión, Rafaela y Colón entre otros.