Se dio el partido que se esperaba, con ambos equipos yendo a buscar la victoria. O sea, no tuvimos el problema de la fecha anterior contra River, partido que ellos no quisieron salir a jugar. Durante enormes tramos del primer tiempo todo se desarrolló en los cuartos finales, ya que el mediocampo fue una zona por la cual la pelota pasaba sin escollos en el camino. Bajo esas circunstancias, el dominador del primer tiempo sería el que llegara más claramente al arco rival, y allí es donde acertó Newell’s, con un buen gol antes del descanso.
Los puntos altos de esta victoria fueron varios: Guzmán fue muy importante como en Chile, cortando centros y atajando en buen nivel; Vergini llegó a sorprenderme, con quites limpios muy buenos, lo cual da mucha seguridad atrás (más allá de que se mande algunas macanas); Heinze confirmó su buen momento futbolístico y fue una muralla en el fondo; Villalba jugó un buen partido, como lo viene haciendo últimamente; Scocco tuvo varias participaciones erráticas pero metió un tiro en el palo y una asistencia tan maravillosa que rápidamente me hizo olvidar de cualquier falla que haya tenido; Maxi, por otro lado, participó mucho menos pero pudo convertir el gol que, sin ir muy lejos, San Lorenzo no pudo hacer.
Más allá de esta resonante victoria, hay que decir que hubo rendimientos bajos: Figueroa estuvo muy impreciso y terminó siendo un contrapeso; Cruzado es de quien esperamos pases entre líneas y jugadas de esas que se arman en la mente, cual Riquelme si se quiere, pero estuvo muy poco fino y terminó regalando pelotas al igual que Figueroa. Quiero que se entienda que en cada jugador puntual que yo califico, cualquiera puede discrepar tranquilamente. De hecho, he escuchado que Scocco hizo un partidazo cuando yo en realidad creo que alternó buenas y malas, pero con buenas de mucha importancia. Un partidazo de Scocco fue más bien contra Belgrano, por ejemplo.
Lo que quiero destacar de este Newell’s es que ya no es tan predecible como antes. Luego del partido contra Lanús quedé muy enojado porque noté que perdíamos 1 a 0, y a ellos les bastaba con quebrar nuestro circuito de juego en mitad de cancha para que yo ya esté seguro de que no íbamos a empatar el partido. Era una fija. No cabeceábamos en el área rival en los corners o tiros libres, no teníamos un pase largo sorpresivo, no teníamos ataques rápidos, todo era muy pausado y eso era beneficioso para nuestro rival. Eso aparentemente cambió, empezamos a cabecear un poco arriba, hemos hecho jugadas con pases largos de Scocco o Villalba, comenzamos a jugar más rápido y con más verticalidad, y todo eso agrega a nuestro juego ya conocido alternativas para llegar al gol. Muchos medios para un mismo fin, eso me pone muy contento, y la victoria fue colosal.
Por último, quiero aclarar que no tengo nada en contra del papa Francisco hincha del ciclón, tómenlo con humor muchachos. ¡Espero sus comentarios!, gracias.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO LEPROSO
