NOVEDADES

27 marzo 2013

MIRADA MENOTISTA


27 marzo 2013

POQUITO
En el desarrollo del segundo tiempo quedaron evidenciadas claramente las deficiencias y limitaciones de Bolivia. 

Quedó demostrada la calidad, el nivel técnico y el prestigio de nombres como Edward Centeno, Alejandro Chumacero, Jair Torrico, la máxima figura Marcelo Martins (suplente en Gremio) y nuestro conocido, el humilde Ronald Raldes (actual Colón, ex Central).

Se pusieron nitidamente en la superficie, visible por todos, los problemas defensivos y los enormes desacoples en la última línea local. Mitad por las capacidades de los jugadores de casaca verde y mitad por el respeto que genera Lionel Messi, Ángel Di María, Ever Banega y Rodrigo Palacio, en menor medida. 

También en la parte complementaria se pudo apreciar los inconvenientes de los dirigidos por Azkargorta para atacar y generar peligro. Les costaba horrores crear juego y la carencia de creatividad era moneda corriente en cada embate boliviano.

... ¿Qué quiero decir con toda la descripción anterior? Que no estoy de acuerdo, para nada, con la extrema precaución que propuso Alejandro Sabella. 

Obviamente no estoy loco y reconozco los ineludibles efectos de la altura de La Paz, pero considero que Argentina se pudo haber parado unos metros más adelante. De entrada pareció sobrarle un hombre a la defensa y faltarle uno al mediocampo.

Desde ya que no estaba ni estoy de acuerdo con el 5-3-2, es más, creo que nunca la Selección debería utilizar ese sistema táctico. Nuestro combinado siempre cuenta con jugadores para desequilibrar, ser más ofensivo y no tener por qué refugiarse de tal manera. 

Por citar un ejemplo, la última vez que Argentina ganó en Bolivia fue con José Pekerman (un entrenador, sin dudas, menos timorato en sus planteos que Sabella) por 2 a 1 y paró un 4-4-2 (Abbondanzieri; Cufré, Burdisso, Milito y Clemente; Scaloni, Duscher, Cambiasso y M.Rodríguez; Galletti y Figueroa), ¿acaso estaba loco Pekerman, o simplemente fue más audaz?

Pero claro, todos conocemos la procedencia del director técnico actual y el extremado amor por privilegiar claramente la defensa por sobre el ataque que le enseñó la polémica escuela pincharrata.

El empate estuvo bien, claro, pero fue poquito. Argentina podía y debía ir por más.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MENOTISTA
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