Es realmente molesto y triste cuando lo más
importante no pasa por lo futbolístico. Una vez más en el ahora Estadio Marcelo
Bielsa, se producen hechos lamentables. Otra vez son los mismos, y no nos referimos a los hinchas de
celeste, sino a los uniformados de azul, quienes pecan de inoperantes, de
limitados, de ineficientes y no pueden garantizar la seguridad de un
espectáculo deportivo. Estos individuos pocos capacitados, con serios problemas
en el manejo de la autoridad y la fuerte sospecha de que disfrutan del accionar
desmedido, cobran dinero por lo que hacen constituyendo así una verdadera
ironía. Empleados únicamente para la normal realización del evento logran
establecerse como los protagonistas principales de los hechos bochornos de la
noche rosarina del viernes. Nada nuevo, pasa siempre y todo indica que seguirá
pasando si no se toman las medidas pertinentes: La lepra no puede ser local en
el Parque o la policía de la ciudad no debe trabajar en la seguridad del
partido. A menos que el objetivo oculto sea ese, hostigar a la visita, porque sinceramente, que se repita año tras año, es más que dudoso.
En lo que estrictamente futbolístico, fue triunfo para el come-gato rojinegro.
Claramente superior al Pirata y quedándole muy corto el marcador final a un
encuentro que tranquilamente pudo terminar en goleada. Olave en un par de
oportunidades y los palos en otras, evitaron una vergüenza mayor en lo
numérico. En lo jugado, es imposible ocultar o disimular el bajísimo nivel
general del equipo. También figurita repetida en este sentido, Belgrano volvió
a jugar mal. Si bien se paró como siempre y tantas veces funcionó, post-gol
leproso no hubo reacción. Daba la sensación que el Celeste estaba conforme con
el 1-0 en contra, no sintió el golpe, siguió firme a su libreto aunque no
tuviera lógica respetarlo. Nunca pudo preocupar seriamente a Newells en los 90
minutos y tomando como referencia los tres partidos anteriores, el del Alberdi
sigue empeorando.
En lo positivo, Márquez. Cuqui hizo un gran partido. Exprimió su chance desde
el arranque, jugó por momentos de delantero, otros de enlace o mediapunta.
Pivoteó, bajó algunos pelotazos y metió mucho. Tuvimos poco la pelota, por eso
no se pudo hacer su mejor juego, pero creo que dejó claro que tiene buen pie y
sabe moverse por el terreno. El Indio va de a poquito mejorando y mostró que su
exquisita derecha todavía tiene tinta para dibujar remates, centros o cambios
de frente. Y a pesar que “el horno no estaba para bollos” los ingresos de
Zelarrayan y Etevenaux son siempre
positivos, porque se acercan a lo que es jugar en primera. Tuvieron pocos
minutos y la tocaron casi nada a la redonda, pero creo que es la política a
seguir.
No es una crisis, no es un mal momento. Hay desconcentraciones, hay poca
motivación tal vez. Huevo sobra, estado físico también. Poner un objetivo tan
bajo (los 13 puntos que faltan para los 50 por temporada) puede incidir
negativamente y relajar a algunos jugadores. Otros claramente sienten sus años
en las piernas y no responden no porque no quieran sino porque no pueden. Sin
dudas, la apuesta del ½ a 0 llevaba una clara dosis de suerte que ahora no
estamos teniendo y seguir en esa senda no es inteligente.
Creo que algo tiene que cambiar: planteo,
jugadores o ambas, un poco y un poco. Los que están en el banco, tienen tan
pocos minutos en la temporada que mueren por una oportunidad. Los chicos de las
inferiores, que varios quisieron emigrar por las pocas chances que se le dan,
tienen toda la juventud, el amor y la sangre del club, así huevo no les falta.
O podemos seguir igual que como estamos a esperar que vuelva la suerte.
¿Que piensa usted estimado hincha pirata?
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO PIRATA