(Ring… ring…)
Francisco I: Hola
Bianchi: Hola Jorge, soy Carlos. ¿O ahora te tengo que decir Su Santidad?
Francisco I: No Carlos, para los amigos sigo siendo Jorge. ¿Cómo estás? Tengo un par de quilombos con esto del Papado, pero por suerte un arzobispo me pasó un link y pude seguir el partido por Internet. Buen triunfo metieron en Uruguay, parece que te sirvió lo que te mandé.
Bianchi: ¿Si me sirvió? ¡Claro! Con toda el agua bendita que me mandaste llené una bañera del hotel y les di un baño de inmersión a Caruzzo, Somoza y Cellay… no me alcanzó para el Chiqui Pérez. Pero bueh, nos sirvió mucho igualmente.
Francisco I: Me alegra mucho Carlos. Esta semana te mando más.
Bianchi: Listo… oíme, ¿pudiste hablar con Él? Hace tiempo que me quiero comunicar pero no puedo. Antes hablaba directo, pero ahora cambiaron el sistema me parece. Lo llamo y una máquina me dice: “Si conoce el número de interno, marque. Sino espere y será atendido”. Al rato vuelve la máquina: “Todos los Santos están ocupados, vuelva a intentar más tarde”. ¡No sé qué hacer!
Francisco I: Sí, hablé… a partir de ahora todas las noches nos llamamos un ratito para ver temas de la agenda, protocolo, y esas cosas. A ver… esperá que me está llamando por otra línea, lo agrego a la conversación…
(Dios ha sido agregado a la conversación…)
Dios: Hola Pancho, ¿cómo estás hijo mío?
Francisco I: Bien Padre, lo está escuchando Carlos, estaba hablando con él.
Bianchi: Hola Señor, ¿cómo anda tanto tiempo?
Dios: Hola Carlos, acá ando, tirando… un poquito jodido de la cintura, pero no me puedo quejar. En realidad, no tengo a nadie con quién quejarme, si tuviera un Dios… pero bueh, dejémoslo ahí.
Bianchi: Necesito su teléfono Señor. Sino Whatsapp, Pin, lo que sea. No sé más qué hacer…
Dios: Bueno, decile a Pancho que después te lo pase. Pero no me jodas con boludeces. No puedo hacer jugar bien a Somoza, olvidate. Te puedo ayudar en los penales como siempre, pero mucho más no.
Bianchi: Bueno, le agradezco.
Francisco I: Acuérdese Señor lo que le pedí, la Libertadores para mi querido San Lorenzo.
Dios: Pancho, los milagros los descentralicé, ahora se encarga San Pedro. A lo sumo te puedo dar una mano para que alcancen los 25 puntos, pero no me pidas imposibles.
Francisco I: Bueno, gracias mi Señor.
Dios: ¿Algo más se les ofrece?
Bianchi: No Señor.
Francisco I: Gracias Todopoderoso. Ahora seguimos en privado lo de la agenda.
Dios: Perfecto. Igual, ante la duda, si no sabés qué hacer, meté una misa y listo. Hasta luego, que Yo los bendiga.
Bianchi: Adiós.
Fransciso I: A usted.
(Dios ha abandonado la conversación…)
Bianchi: Nos vemos Jorge.
Francisco I: Dale Carlos, hablamos. Te paso el celular de Él por mensaje.
Bianchi: Dale, abrazo.
(Fin de la llamada…)