Una tarde rara. Agridulce, con sentimientos encontrados. Sensaciones encontradas entre la felicidad por el triunfo y el convencimiento de que algo anda mal y que es complicado que cambie.
En la la previa del partido, la violencia fue la protagonista. Se llevó una vida y pudieron ser dos o más, la suerte no lo quiso. Una locura antes y después del partido, para dejar un sabor raro en el pueblo tripero.
El partido no fue partido. GIMNASIA apabulló a Chicago. En seis minutos liquidó el partido. El resto fue sólo para tener la pelota, acelerar cada tanto y que llegué el último de los goles, que fueron cuatro, pero que pudieron ser muchos más.
El LOBO hizo lo que tenía que hacer. Más allá del rival, había que revalidar los tres puntos logrados en Banfield y lo hizo. El torneo parece polarizarse entre los tres de arriba y los que los persiguen. Falta mucho pero la tendencia es positiva. Hay que seguir partido por partido para estar más cerca del objetivo.
La que viene el TRIPERO va a Bahía. Partido clave para sumar y meterse bien arriba para no bajarse más.
Adentro de la cancha todo fue una fiesta, afuera fue todo locura. Se ganó y eso da alegría pero incompleta. La violencia se llevó una vida más. Y seguir hablando de fútbol en este contexto parece no valer la pena.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TRIPERO
