Después de la victoria
en La Paternal, se arrancó la preparación para “la final del mundo”, “el
partido definitorio”, con optimismo y sin desesperarse. La verdad es que de final
del mundo, el partido no tuvo nada. Lejos de ser un partidazo, fue un encuentro
tosco, peleado y con chances, pero sin mucho brillo.
Parejo, mucho
nerviosismo, en lo personal fue uno de los que más sufrí en muchísimo tiempo.
No sé si será por todo lo que se habló al respecto o porque el buen arranque de
Quilmes me hace desear sumar urgente los puntos que faltan antes de algún
posible bajón, pero la cosa es que no tuve paz. Los dos tuvieron oportunidades,
ambos bastante claras, con el primer tiempo más de la visita y el segundo
nuestro, pero con la diferencia que el arquerazo de ellos sacó cuatro de esas
que sacan nomás los arqueros de Independiente (que siempre, pase lo que pase, suele
tener muy buenos). El Cervecero fue un poquito más, pero hasta ahí.
Me llamó la atención
que Independiente no haya estado decidido; será que el miedo a perder que
domina el fútbol argentino lo obligó al pensamiento de que ganar está bueno
pero más importante es que no te ganen. Nosotros, por nuestra parte, no salimos
a jugar como se venía jugando sino que se eligió jugar con la desesperación del
rival, entendiendo que los que venían con más obligación a pesar de ser
visitantes, eran ellos. El Rojo esperaba que Quilmes se lo salga a comer y
pegarnos de contra, pero el Decano fue más vivo y no fue al golpe por golpe
sino a tratar de aprovechar cuando ellos quedaran mal parados, porque en
definitiva, ellos necesitaban el resultado y en algún momento se iban a venir.
Guarda que así pudimos haberlo perdido también, el mal momento de su ataque nos
jugó a favor...
A punto de ganarlo, a
punto de perderlo, a un punto menos de distancia del objetivo. Tampoco es malo
el resultado aunque no es lo que se quería, pero el Diablo no metió la cola y
por lo pronto seguimos fuera de la zona roja. Nos quedan 13 partidos para hacer
de 18 a 20 puntos; sería lindo ir a lo de los primos y traernos de Lanús 3 de
ellos sacándoles el invicto, ¿no? Seré muy optimista, pero no me parece ninguna
locura.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO - @adrian28qac