Y es así: cuando
las papas queman, lo que menos precisás es que te prendan fuego con las
críticas. Cuando las cosas no salen, lo que abundan son los vestuarios divididos,
los hinchas insoportablemente termos e irracionales, la prensa exitista y
asesina; que no logran más que empeorar el clima. Y eso, el plantel Cervecero
lo supo entender y enfrentar.
El Torneo
Inicial empezó con todo y terminó siendo muy malo; y el Final, pintaba bien con
arranque soñado pero se opacó con un partido increíblemente perdido en La
Bombonera. ¡¿Para qué?! Para que salten todos los que se las saben todas, los
caretas dueños de la verdad absoluta, y entonces Quilmes ya había descendido a
falta de 19 partidos.
Los
jugadores fueron más vivos que la situación, se mantuvieron unidos mentalmente,
y salieron a romper todo con la ilusión de mantener la preciada categoría.
Primero pelaron chapa para que El Cervecero le mostrara a Olbois –que dicho sea
de paso, si no fuera por un Facebook que los bardea, no los conocería nadie– que
si molestás a papá, papá te castiga. Después, se calzaron la mochila del
compromiso y se unieron para vapulear con justicia a, justamente, Unión. Un
Unión que, sinceramente, sería más peligroso si en vez de jugadores, pararan en
la cancha once paquetes de yerba de esa que tiene el mismo nombre que el
equipo. Y eso que dicha yerba se caracteriza por ser suave…
Sea como
sea, todavía no hay nada dicho. El camino es difícil, pero también es largo y
te da chances; y hay que ser lo suficientemente vivos para tener confianza por
el buen momento, pero no confiarse. El viernes se viene un partido importantísimo
en casa contra Atlético Rafaela, y es necesario que con La Crema hagamos un
rico postre para comer en la fiesta que siempre propone la banda.
Por lo
menos, así lo siento yo.
ADELANTADO
CERVECERO