Ya, definitivamente en la recta final, Racing se sumó al
cuarteto de candidatos merced a los seis puntos conseguidos frente a mendocinos
y cerveceros. Y los puntos perdidos, como la carambola del final frente a Tigre,
permanecerán rebotando lastimeramente en nuestros cráneos o serán sepultados
por los laureles del título inicial. Dios dirá.
En esta recta final, Luís Zubeldía delineó (con
modificaciones que, humildemente, quien escribe reclamara fechas atrás) lo que
será el equipo titular de aquí en más. Y este gran cambio se produce cuando
decide borrar a los dos lerdos centro-delanteros (Sand, Cámpora) y viste de
nueve al pibe Vietto. Y, principalmente, cuando el hueco creativo del medio es
cubierto por Fariña. Luis Fariña le cambió la cara al equipo. Es la puntada que
une un medio batallador y una delantera hiper veloz. La pieza del incompleto
rompecabezas. Quien evita que la academia sea sólo contragolpe y pelotazos del
chino Saja. De hecho, este sistema ahora funciona pues los defensores
contrarios siempre tienen varios perros de presa a la espera de algún desliz.
Algo que quedó rubricado en la goleada frente al equipo sureño.
Otro de los cambios notables es la recuperación de los
laterales. Sin aparentes opciones, el director técnico hizo hincapié en la
primordial función de los marcadores de punta que no es otra cosa que marcar.
Ya no se observan esas vacilantes e imprecisas proyecciones de Corvalán y
Pillud parece haber recuperado la memoria y el aliento para regresar a su
posición una vez perdido el balón.
Este lunes el factor suerte jugó de nuestro lado: el gol
que se come el goleador Cuateruccio en esos primeros minutos de confusión
habría cambiado el rumbo del encuentro. Quilmes apuntó a madrugar y especular
(no olvidemos que hasta este partido le había ido muy bien contra los grandes).
Pero la gran presión ejercida durante la mitad del primer tiempo lo desgastó y
pagó muy caro ante un equipo vertiginoso. Con el gol de Centurión se les cayó
la estantería. Fueron cuatro pero podrían haber sido cinco o seis.
No deseo realizar un balance con tanta anticipación pero me
resulta ingrato haber padecido tres derrotas con tan sólo siete goles en contra
y veintiún goles a favor. Las tres derrotas fueron por la mínima diferencia y
ningún equipo nos llevó por delante.
La próxima fecha nos esperan los xeneizes, el único
grande que resta para ganar el gran slam llevarse todas las fichas de tan peregrino
y peliagudo póker. “Estoy disfrutando este
momento. Hay sólo cuatro equipos que definen y uno somos nosotros", dijo Zubeldía. “Ahora sí nos tomamos el derecho de ilusionarnos”. Comparto
estas observaciones y agrego: destos cuatro equipos uno solo marca la
diferencia y nos ganó por merito propio. Pero tiene lagunas. Y al otro… alguna
vez tiene que cortársele la racha. A NOB ya se le cortó.
El aliento en la nuca
no es tan fácil de tolerar durante mucho tiempo. Sigamos alentando.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELATADO ACADÉMICO