No podía tener mejor final la semana
del Ciclón. Todos los cuervos llegaron al sábado con la alegría inmensa de
saber que la vuelta era realidad. Que el sueño de algunos hace unos años era
un hecho consumado. Que las ganas y el ingenio de algunos cuervos pudieron
contra el escepticismo y desprecio de muchos. El momento para que sucediera era
este. Y así fue. La vuelta al barrio ya es ley. Queda ahora mucho más por
hacer, pero con la tranquilidad que el gran paso fue dado.
Y con toda esta carga emotiva, el
Ciclón recibió a Rafaela. Perder o empatar no era opción. Ya con Unión habíamos
dejado pasar dos puntos. Se empató con el peor equipo del torneo. Quedó al
desnudo la debilidad defensiva del equipo. Migliore flojo. Bianchi Arce flojísimo.
Y con Rafaela nuevamente problemas abajo. Y, si no recibimos goles, es por
fallas ajenas y no por méritos propios.
Distinta es la historia de mitad de
cancha para arriba. Esta vez apuntalado desde el doble cinco que puso Pizzi. Se
busca más juego asociado, más toque, más pared. A veces sale, otras no. Pero se
aplaude la intención. Ruiz, si bien cae en lagunas, tiene algunos destellos de
calidad. A sus 19 años tiene todo el crédito del mundo. Straqua sigue en racha.
Pero, la clave acá esta en Bordagaray. Tan bajo nivel tenía Jara, que Borda,
sin más que unas jugadas interesantes ya le sacó el puesto. Gol el martes y
generación del gol el sábado. ¡Gracias Fabián por estos 4 puntitos!
Quedan nueve puntos en juego. Clave
los tres contra Independiente. Siempre es más fácil trabajar con triunfos.
Contra Argentinos el sábado es la mejor oportunidad para volver a las victorias
de visitante y esperar al rojo motivados. Por lo menos, ahora estos puntos se
van a buscar. Es sólo cuestión de encontrarlos.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO AZULGRANA
