Ya a esta altura de las circunstancias Independiente está enfermo, no es terminal, pero está verdaderamente muy enfermo.
Luego del papelón en casa frente a Belgrano y un nuevo mal paso en La Plata, ante a Estudiantes, el Rojo ha ingresado definitivamente en el peor momento de su historia y será tarea muy difícil remontarlo.
Claro está que no se llegó a esta crisis de un día para el otro. Son muchos los responsables y los que pusieron su granito de arena para que hoy uno de los clubes más grandes del mundo esté agonizando. Alguno más, otros menos, todos tenemos la culpa.
Habitualmente es muy simple endiablar un personaje y apuntarlo permanentemente: pasa con Carlos Menem en el ámbito político, lo sufrió Ortega, Verón, y Riquelme en los últimos mundiales y ahora lo padece Julio Comparada como si fuera el único responsable de este momento.
No hay dudas que el ex presidente cometió muchísimos errores, pero hablemos claro y seamos justos, que el Rojo esté hoy en zona de descenso, no es pura obra de él. De hecho Comparada llegó a ser la máxima autoridad por decisión de los socios (recordemos que fue electo y reelecto).
No nos olvidemos tampoco del polémico Andrés Ducatenzeiler. De los entrenadores Ruggeri, Falcioni, Burruchaga, Borghi, Mohamed (por nombrar algunos) y decenas de jugadores totalmente mediocres que incluyen al plantel actual.
Pero, por sobre todas las cosas, analicemos y miremos para adentro. Pensemos qué hicimos nosotros por mejorar las cosas y por sostener a un Club Atlético Independiente grande como su historia lo indica.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO
