Si de algo
estamos seguros los hinchas de UNION, es de que los pibes de la cantera sienten
la camiseta como nosotros. Si analizamos el partido del sábado, vemos que al
momento que entra el huevo Moreno, de los once jugadores de campo, siete eran
fruto de las inferiores tatengues. Tanto va el cántaro a la fuente, tanto pidió
la hinchada ¨que jueguen los pibes¨ que al final se demostró dentro de la cancha el porqué del pedido. Si
remontamos este partido (que en primer tiempo nos dejo con una Pepa en contra y
menos futbol que un partido de metegol
de mi pibe de 5 años) fue a fuerza de garra y corazón de los pibes de las
inferiores.
Arrancó
fulera la cosa. No solo porque a los 10 minutos ya estábamos sacando la bola de
adentro del arco, sino porque además nadie en la cancha sabia donde quedaba el
arco contrario. Una lágrima y la sensación del entretiempo era… ¨pucha, esta
jodida la mano; sólo pedimos que den tres pases seguiditos, no parece tan
difícil). Según dijo Pumpido la charla fue extensa, y se decidieron dos cambios
que parecían ser parte de la imprecisión a la que (no quiero) nos acostumbra
este UNION. Pero no: Dos pibes del club que le cambiaron la cara al partido, a
la tarde y al porvenir. Cavallaro las pido todas, Perez se dedico a jugar y
apareció el amor propio, primero de Jara para empardar y tras otra desatención
defensiva otra Pepa en contra pero encarada con otro ánimo que se plasmo con un
gol, el del definitivo empate, made in UNION.
Incluso
tuvimos ocasiones para ganarlo, ¡aunque Ud. no lo crea!
Vale la
remontada, vale la garra y parece que éste va a ser el camino. Los pibes darán
su mejor esfuerzo, cometerán errores por falta de minutos en la cancha
(esperemos sean pocos, no podemos regalar nada) y saldrán cada partido a
ganarlo con el corazón en la mano. Unión intentará encontrar el camino a la victoria,
y no darse por vencido aún vencido, tal como paso el sábado pasado.
Nosotros,
los hinchas, ahí estaremos para expresar nuestro apoyo. Como siempre. Con
sentido de pertenencia. Nosotros sí dando todo sin esperar nada a cambio. Sólo
por ser Tatengues, sólo por eso. En las buenas y en las malas. Con el corazón a
mil (mala noticia para mi cardiólogo) y los sentimientos pugnando por salir de
mi cuerpo. Con ese picor en la garganta que sólo se calma cuando gritamos un
gol rojiblanco o nos plegamos a la canción que se está cantando en la tribuna,
estando ahí, en el 15 de abril o en cualquier tribuna visitante o frente a un
televisor o pegados a alguna radio o medio de comunicación. O incluso como me
ha pasado; ¡siguiendo un partido por mensaje de texto!
Sentimiento.
Pertenencia. Garra. Emoción. Mis hijos con los colores del Tate. Memoria. Mi
viejo y abuelo con los mismos colores. Amigos a montones. Y vamos…
Vamos TATE
que se puede. Saquemos el corazón. Lo demás viene por añadidura. Vamos con la
cantera, vamos con los experimentados, vamos a ganar. Que la barra, no te deja
de alentar.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TATENGUE