DOMÓ AL TORITO
Cuando vino nadie lo conocía. Es colorado, de estatura pequeña y juega de volante central. Si tiene que hacer un cambio de frente lo hace. Si tiene que tirarse al piso se tira. Es ordenado y cuidadoso, ¿sabés quién es? Sí, Leonardo Gil. Ese pibito que no hace mucho llegó y ya se está ganando el corazón de todos los Aurinegros.
“Fue un partido parejo y muy duro. Salió medio trabado, pero supimos aprovechar nuestras llegadas y marcamos las diferencias”, analizó el “colo” cuando terminó el partido. Es que el conjunto de Mataderos desplegó un primer tiempo interesante, no dejó jugar al Aurinegro y de a poco fue llegando al área visitante. Estrelló dos remates en los palos que sacudieron el arco de Champagne y no resignó espacios en mitad de cancha para atrás. En ese período Olimpo no era el mismo de siempre, Vega y Gutiérrez no se hacían con la redonda y a Bou le costaba desnivelar.
El segundo tiempo también se veía complicado, pero rápidamente apareció él, Leonardo Roque Gil, para incrustar un gran remate al lado del poste. No obstante una infracción de Villanueva le dio la oportunidad al “Torito” de emparejar el pleito. Fue ahí donde Olimpo tuvo que salir nuevamente a buscar el partido. Sin embargo fue el mismo Titi quien corrigió el error y con Nahuel Benítez forzaron un remate que encontró a un débil Da Silva, quien le dejó la pelota servida a Bou para que la empujara contra la red.
Se ganó un partido que costó un poco más de lo previsto. Lo dijo Perazzo: “Si queremos seguir ahí arriba, estos son los partidos que hay que ganar”. No jugamos tan bien como lo habíamos hecho en el segundo tiempo frente al Taladro, seguramente por mérito del rival, pero supimos sacar el partido adelante.
Van cinco triunfos al hilo, cosa muy difícil de alcanzar en el fútbol argentino. Ahora tenemos dos partidos de visitante más que complicados, pero que podemos sacarlo adelante. Este equipo sabe a lo que juega y sabe lo que quiere. Todos pelean por un mismo objetivo. Hace mucho tiempo que no veo un equipo tan unido y eso se nota en ese abrazo gigante que se dan los muchachos frente a su gente al finalizar el partido.
Tenemos que estar unidos en un mismo objetivo. Batallar cada pelota como si fuera la última. Tener paciencia (como digo siempre) y humildad. El camino es largo, pero la recompensa puede ser grande. Desde acá, como siempre, estaremos alentando al Aurinegro. ¡¡¡Vamos Olimpo!!!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO AURINEGRO
