NOVEDADES

25 septiembre 2012

LA ACADÉ


25 septiembre 2012


JAQUE MATE
Previously on La Acadé: “Se viene el peor rival en el peor escenario. Otra derrota nos sumergirá en un mar de dudas y resignará al archiconocido grupo “mitad de tabla”. Zubeldía tendrá que dar otro golpe de timón y volver a su olvidada política: “juegan quienes mejor se encuentran”. Deberá retornar a su empuje y al pulso firme. Es el momento de tirones de orejas y mover el banco…” (Extractado del anterior comentario, después del espantoso partido ante el pincharrata). 

No voy a negarlo, estuve saltando y gritando como poseído durante no menos de diez minutos. Vencimos a River en el monumental, ganamos dos clásicos pesaditos y observamos, por sobre el hombro, como los dos niños mimados de la AFA reposan en el fondo de la tabla de los promiedos.  


Ahora bien, pasando al “frío” análisis: el primer tiempo con las gallinas fue otra obra maestra del terror. Pero, si se jugó tan mal… ¿Por qué ganamos? ¿Por qué le ganamos al rival más difícil en el peor escenario? 
Dejando de lado que los árbitros ya no ayudan a este marchito River, ganamos porque Zubeldía realizó gran parte de los cambios que debía efectuar: Afuera Corvalán, adentro Migliónico; afuera Hauche, adentro Vietto; afuera Camoranesi, adentro Zucculini. Porque supo diagramar el partido en base a lo que ambos planteles venían exponiendo. Porque apeló a la ansiedad de las desplumadas gallináceas y cocinó un pucherito a fuego lento. Porque les cedió la pelota y dijo “Tomen, veamos qué carajo hacen con este fierro candente”. Porque tornó exasperadamente parsimonioso al partido, tomándose todo el tiempo del mundo ante cada lateral, cada saque de arco y cada tiro libre. Porque armó una línea defensiva de cinco con Villar como doble lateral en una tesitura áspera pero sin violencia. Porque replegó al equipo para generar espacios en el campo rival (recordemos que tenemos dos ligeritos) ahogando la errática ofensiva millonaria. Y porque acertó al sacar a Sand y a poner a Camoranesi (aunque no me gustó el ingreso de Corvalán). 

Desde mi punto de vista, el planteo estuvo fríamente calculado, no fue casualidad. Harto obvio es que, con una derrota a cuestas, otro sería el cantar pero toda idea o estrategia es buena sólo cuando funciona en la práctica. En este sentido y a nivel profesional, el ajedrez quizá sea el deporte más crudo e implacable; un solo desliz te condena. Varios maestros internacionales del juego-ciencia jugaban esperando el error rival para lanzarse en contraataque. En muchos deportes está mal visto, en tenis es moneda corriente. 
Ganamos, era crucial. Ya no vi la pelota tan ovalada y aprecié un cambio de actitud. Nuestro técnico no come vidrio; dio el golpe de timón y armó una suerte de defensa siciliana que me convenció. Saja, superlativo como siempre. El medio estuvo correcto, pero a la hora de atacar… poco, muy poco. Aquí hay mucho por corregir. Ya lo sé, nuestro fútbol argentino es mediocre. Las estrellas emigran antes de integrar un plantel de primera y los buenos se van después de un par de partidos aceptables. Así, sólo nos queda la resaca, pero nuestra resaca es de la mejor.  

Con estos tres puntos de oro será menos traumático planificar lo que vendrá. Pero, Zubeldía deberá armar estrategias distintas ante cada rival y no subestimar, siquiera, al menos prestigioso. En este fútbol argento de ceros el uno es rey.  

A disfrutar de esta rareza que significa ganar en Núñez. Ahora se viene un cuervo volando bajito. Pero, ojo, Caruso no es Almeyda. No dudará en ofrecer tablas o ahogar al rey. 

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO
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