NOVEDADES

18 septiembre 2012

LA ACADÉ


18 septiembre 2012

¡DANGER!
Se puede ganar o perder. Jugar bien o mal. Poner voluntad, huevos, dejar todo en la cancha y fracasar. Pero lo que no puede ocurrir es que un plantel de fútbol juegue al rugby. Que profesionales bajen la cabeza y embistan o revoleen la bola cincuenta metros. Que sean entes autárquicos que vaguen por un rectángulo lleno de pasto o autitos chocadores sin volantes.

Hace más de una década, antes de que nuestra querida academia saliera campeón con el prócer Merlo, recuerdo haber visto un partido similar a éste donde perdimos uno a cero con Talleres de Córdoba en el cilindro de Avellaneda. Y tengo que retrotraerme muchos años para asociarlo con algo tan grotesco. No obstante, la gran diferencia que había entre aquel equipo y éste, es que el primero hacía lo que podía, eran toscos, tenían los pies redondos y herraduras en vez de botines. En cambio, este Racing ostenta buenos jugadores pero perdió el rumbo, la conducción, las ganas, el juego en grupo. Se olvidó del fútbol. No hay equipo. Quien toma la pelota la revolea o baja la cabeza y embiste. Insisto: eso se llama rugby.

Y perdimos con un humildísimo pincharrata porque los platenses jugaron al fútbol. Cualquier ex Racing (jugadores desechados por nuestra institución, comenzando por la gata) estuvo un escalón por arriba de los nuestros. No exagero: hace mucho tiempo que no veo algo tan feo. Los de La Plata nos ganaron haciendo circular la pelota y entregándosela a un compañero. Así de fácil.

Y lo que más me inquieta es la actitud de Zubeldía: siempre sostuve que apoyaba su gestión… siempre y cuando sea Zubeldía y no una burda fotocopia de quienes fracasaron en gestiones anteriores. Partamos de su incompresible y reciente apatía, totalmente antagónica a la anterior vehemencia (¿tan pronto se hartó?). Ya no grita, no ordena, no se pelea con los pibes que devuelven la pelota, no discute con los árbitros, parece preocupado, se toma el mentón. Y sostiene durante varios partidos a jugadores que piden banco a gritos; por ejemplo: Sand y Corvalán. Racing necesita de un técnico que arengue de manera permanente, que grite y los despierte: Si Pillud se defeca en lo que le repite el técnico: “¡Te ganan las espaldas, te ganan las espaldas!”, Dicho técnico no puede tirar la toalla y esperar a que lo vacunen con un gol de flipper en momentos claves ¡Parecen dormidos, narcotizados con Garombol!

No pueden perder absolutamente todos los rebotes. No se puede jugar si nadie se muestra ni se desmarca y sistemáticamente se la dan al rival. NO TENEMOS LATERALES. Estoy, literalmente, podrido de recalcarlo. Prefiero a Aued, a Lluyd, Zucculini… pero que saque a Corvalán y a Pillud (si vuelve a las andadas). No hubo medio campo, apenas un aceptable Pelletieri que hizo lo que pudo entre dos apáticos eunucos. Hauche y Centurión intentaron traspasar la materia y Sand siempre un segundo atrasado.

Se viene el peor rival en el peor escenario. Otra derrota nos sumergirá en un mar de dudas y resignará al archiconocido grupo “mitad de tabla”. Zubeldía tendrá que dar otro golpe de timón y volver a su olvidada política: “juegan quienes mejor se encuentran”. Deberá retornar a su empuje y al pulso firme. Es el momento de tirones de orejas y mover el banco para renovar bríos y evitar que los jugadores que están en un bajo nivel se vayan puteados después de 360 minutos de penar. Vietto hizo tres golazos y se la fuma de suplente. Entró dos minutos y pegó una en el palo. Zubeldía habló maravillas de Fariña y mantiene a un letárgico Camoranesi. Es hora de volver a la temática inicial. Van dos partidos preocupantes. La tercera es la vencida.

No exagero, no jugaron mal. Jugaron al rugby. DANGER.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO
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