21 de semptiembre, y obvio de fiesta en el Gigante de Alberdi, donde más?.
Ni festejos del día del estudiante, ni de la primera, ni cualquier gilada que se le parezca; el sólo hecho de ver al equipo nuestros amores es suficiente para que los piratas a copemos el estadio siguiendo la pasión, eso que realmente nos hace feliz (y por qué no a buscar motivos para seguir de joda). "Carlos Paz la tenés adentro".
Resumiendo: Ganó el celeste (*1), a lo Belgrano (*2), pirateando el partido (*3).
Resumiendo: Ganó el celeste (*1), a lo Belgrano (*2), pirateando el partido (*3).
(*1) Sí señores, fue 1 a 0, con gol del áspero central Chiqui Pérez, de muy buen partido y con una definición en el penal de altísima calidad (ojo, no ha errado ninguno Claudio, pero tampoco eligió otro palo para ejecutarlo, warning!). Nos quedamos en casa con 3 puntos de un partido que a priori se vislumbraba difícil y que durante el mismo, lo fue más aún. El rival por momentos nos movió la pelota a lo Barza; cumbia, chacarera y creo que algo de cuarteto también nos hicieron bailar (parecían todos Teté en esa época en que siempre llegaba a destiempo). Gracias al barba y al excelente trabajo del preparador físico, el equipo tiene una condición impecable, que le permitió correr la pelota de acá para allá y evitar que el visitante se pusiera en ventaja. Se cansó antes Godoy, lo que permitió el emparejamiento del cotejo, y cuando todo parecía un empate clavado, una "guapeada" del gran Farré y un error del defensor al bajarlo, significó penal y chau partido; Belgrano defendiendo con los 11 te la debo, y sumemos al mejor Olave de su carrera, pieza clave en el presente pirata.
(*2) Está férrea táctica, que no admite distinción entre nuestra condición de local o no, viene funcionando y siendo efectiva en este muy duro comienzo de torneo. Sin lucir, sin usar la pelota, sin apelar a otra cosa que el contragolpe, el pelotazo intrascendente (que no busca al delantero, sino devolver la pelota al rival para poder efectivizar una contra) o la pelota parada, poco importa cuando lo que rige hoy en el fútbol es el exitismo. El puntaje, la tabla, los resultados, los 290 minutos sin recibir goles, hacen invisibles algunas deficiencias (en lo ofensivo principalmente), pero que ahí están, esperando que la suerte diga "ausente" para saltar a la luz. Ganando a lo Belgrano el hincha sufre en esos últimos minutos, pero al mismo tiempo disfruta y celebra de entradas salvadoras, cierres sobre la línea, despejes agónicos que forjan la victoria, y preparan el grito de júbilo que descomprime la garganta al escuchar el pitido final.
(*3) Más que claro queda, que el apodo de Pirata nos sienta bien. Como en épocas de saqueos y desmanes, cuando al ver acercarse barcos de izadas banderas con calaveras, estallaba el temor en los pueblos colindantes a mares, hoy Belgrano sale a la cancha a imponer el celeste de sus ropas y generar cierto tembleteo de piernas en sus rivales producto de enfrentarse a equipo duro, áspero y al que para ganarle hay que transpirar y mucho. "El de Alberdi" juega a robar los partidos, a quedarse los puntos, y llevarse consigo, la moral del contrincante de saber que al lado de Belgrano no se tiene huevo. Es cierto que "sabe a lo que juega" y le ha permitido sumar y mucho, pero merecer casi nada. Eso es piratear.
Asimismo, hoy el hincha "está felí" (JRR). Tiene motivos de sobra para que el fernet corra por la venas y las salidas se hagan interminables en las noches cordobesas. Estamos expectantes, en espera de uno u otro resultado para saber cuan arriba terminamos la fecha. Conscientes somos, que los demás saben que no es nada cómodo sentir el aliento del pirata acercarse de atrás y con intensiones de llegar primero en esta carrera que se llama "campeonato". Pero ante todo, estamos ilusionadísimos por todo lo que el equipo logra sin jugar bien y lo que nos espera para cuando lo hagamos, sabiendo que soñar con la primera estrellita bordada en nuestro escudo, no cuesta nada.
(*2) Está férrea táctica, que no admite distinción entre nuestra condición de local o no, viene funcionando y siendo efectiva en este muy duro comienzo de torneo. Sin lucir, sin usar la pelota, sin apelar a otra cosa que el contragolpe, el pelotazo intrascendente (que no busca al delantero, sino devolver la pelota al rival para poder efectivizar una contra) o la pelota parada, poco importa cuando lo que rige hoy en el fútbol es el exitismo. El puntaje, la tabla, los resultados, los 290 minutos sin recibir goles, hacen invisibles algunas deficiencias (en lo ofensivo principalmente), pero que ahí están, esperando que la suerte diga "ausente" para saltar a la luz. Ganando a lo Belgrano el hincha sufre en esos últimos minutos, pero al mismo tiempo disfruta y celebra de entradas salvadoras, cierres sobre la línea, despejes agónicos que forjan la victoria, y preparan el grito de júbilo que descomprime la garganta al escuchar el pitido final.
(*3) Más que claro queda, que el apodo de Pirata nos sienta bien. Como en épocas de saqueos y desmanes, cuando al ver acercarse barcos de izadas banderas con calaveras, estallaba el temor en los pueblos colindantes a mares, hoy Belgrano sale a la cancha a imponer el celeste de sus ropas y generar cierto tembleteo de piernas en sus rivales producto de enfrentarse a equipo duro, áspero y al que para ganarle hay que transpirar y mucho. "El de Alberdi" juega a robar los partidos, a quedarse los puntos, y llevarse consigo, la moral del contrincante de saber que al lado de Belgrano no se tiene huevo. Es cierto que "sabe a lo que juega" y le ha permitido sumar y mucho, pero merecer casi nada. Eso es piratear.
Asimismo, hoy el hincha "está felí" (JRR). Tiene motivos de sobra para que el fernet corra por la venas y las salidas se hagan interminables en las noches cordobesas. Estamos expectantes, en espera de uno u otro resultado para saber cuan arriba terminamos la fecha. Conscientes somos, que los demás saben que no es nada cómodo sentir el aliento del pirata acercarse de atrás y con intensiones de llegar primero en esta carrera que se llama "campeonato". Pero ante todo, estamos ilusionadísimos por todo lo que el equipo logra sin jugar bien y lo que nos espera para cuando lo hagamos, sabiendo que soñar con la primera estrellita bordada en nuestro escudo, no cuesta nada.
Por lo menos así lo siento yo
ADELANTADO PIRATA