NOVEDADES

11 septiembre 2012

EL GLOBO


11 septiembre 2012


EL ARTE DE MORIR…
Embarcado en esta corriente de vida sana comencé a respirar 42 veces por minuto, a sentarme sobre mis piernas y a poner mi mente en blanco. Deje las carnes asadas, las grasas trans(exuales), la comida chatarra, la sal y cualquier otra cosa que le de sabor a los alimentos. Solo morfo verduritas hervidas en agua purificada.

También largué el tabaco, el escabio, las drogas y las putas. Apague la tele y me senté a estudiar, llame a mis abuelos después de dos meses de no darles bola, le pedí perdón a mi hermano y le devolví esa remera del globo firmada por Karim Adippe que él tanto quería. Levante la tabla del baño, ordene mi ropa, lave los platos y le prometí a mi señora que solo vamos a hacer el amor cuando ella quiera…

Mi vida estaba cambiando. Incluso lime asperezas de la infancia cuando me encontré en el mayorista a unas monjitas (a las que odiaba desde que me echaron del colegio en 5to grado) y fui  y les
pague la cuenta del supermercado, después las ayude a subir los bultos a la 4 x 4 y les compre unas rifas que estaban vendiendo para la colecta “Más por menos”

Fui un hombre nuevo durante 72 hs, pero llego el sábado: Famélico y acalambrado, pero en familia, viajamos a Junín. Teníamos la alegría que te da una vida sin estrés, la esperanza de que el triunfo del finde anterior haya servido como inyección anímica y así conseguir tres puntos más que coloquen al globito arriba, levantando cabeza, confirmando eso de que somos candidatos.

Nada de eso paso. Huracán fue un desastre total. Los jugadores tratan a la pelota como si fuera un objeto extraño, desconocido, no se dan tres pases seguidos, no piden la bocha, es una permanente competencia para ver quien la tira más alto y más lejos. No tiraron un centro decente en todo el partido, ni siquiera de pelota parada. De hecho el único centro que, más o menos, fue bueno termino en gol. Nos bailaron, nos echaron al 5to jugador en cinco partidos, no se les cae una idea ni a los que entran a la cancha y ni al (¿ex?) técnico. En ese contexto, sabes cuánto me duro la respiración, menos que un gato en el barrio chino.

De vuelta en la ciudad, el culo roto, largas caminatas que no conducen a ningún lugar, me saco el saco, el de candidato y paro en un bodegón. Pido un vino y una mila napolitana con papas a caballo, pienso que esto es lo normal en mí. Vuelvo a casa, le doy un toque a la patrona, prendo un cigarro y mirando el techo me doy cuenta que esas monjas me cagaron, que más por menos da, siempre, menos!!

Por lo menos así lo siento yo
ADELANTADO QUEMERO   
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