Para empezar a hablar del director técnico de Independiente considero oportuno mencionar sus números. Desde que agarró, allá por la fecha 5 del Clausura (en el recordado Boca 4 - Independiente 5), Cristian Díaz dirigió 15 partidos con 5 triunfos, 5 empates y 5 derrotas. De un total de 45 unidades posibles, obtuvo 20.
Los fríos números en sí mismos dan por resultado una pobre campaña del ex lateral izquierdo del Rojo. Ahora bien, hay que destacar algunos atenuantes que le quitan dramatismo al análisis que debe recaer sobre el actual entrenador.
Primero y principal, asumió en una de las peores condiciones posibles. Con el equipo ya asfixiado por la amenaza del promedio. Ramón Díaz le había dejado un plantel desganado, sin identidad ni calidad. En definitiva, tenía el gran desafío de reavivar un grupo que, a juzgar por lo que se veía en la cancha, ya no tenía entusiasmo de competir.
En sus primeras presentaciones Cristian mostró audacia y cierto manejo. De entrada realizó muchos cambios, movió fuertemente el avispero y basó sus estrategias en la motivación, en lo psicológico.
Rápidamente se evidenció su arribo y el equipo se mostró más fresco (por la inclusión de varios juveniles destacados) y dinámico. De esa forma venció a Boca, en el épico encuentro, y derrotó con claridad y comodidad a Racing (destapando un escándalo histórico en la Academia).
Semanas después, las complicaciones volvieron a aparecer y Díaz, se mostró algo titubeante y se perdieron puntos importantes. Es lógico que pase por esos momentos el entrenador, ya que está haciendo sus primeras armas en Primera y eso tiene sus costos.
Personalmente apoyo firmemente a nuestro director técnico por los siguientes motivos: Es un hombre del club (conoce y quiere a Independiente), venía trabajando con las inferiores (hecho que, a la larga, sanea las destrozadas finanzas del club), se muestra diariamente como un profesional, serio, con criterio y evidencia una idea de juego. Además, teniendo en cuenta que no hay garantías (ni siquiera el Tolo lo es), prefiero a apostar a un hijo de la institución y no hipotecar la economía del club por un supuesto sabiondo externo.
Entonces, tenemos un presidente que envidian varios clubes, tenemos una interesante base de jugadores jóvenes, tenemos una importante cantidad de refuerzos que aportarán experiencia, tenemos un director técnico hincha de Independiente al que debemos apoyar, tenemos historia y tenemos grandeza.
Será una temporada difícil de la que saldremos rápidamente porque esto, esto es INDEPENDIENTE.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO.
Los fríos números en sí mismos dan por resultado una pobre campaña del ex lateral izquierdo del Rojo. Ahora bien, hay que destacar algunos atenuantes que le quitan dramatismo al análisis que debe recaer sobre el actual entrenador.
Primero y principal, asumió en una de las peores condiciones posibles. Con el equipo ya asfixiado por la amenaza del promedio. Ramón Díaz le había dejado un plantel desganado, sin identidad ni calidad. En definitiva, tenía el gran desafío de reavivar un grupo que, a juzgar por lo que se veía en la cancha, ya no tenía entusiasmo de competir.
En sus primeras presentaciones Cristian mostró audacia y cierto manejo. De entrada realizó muchos cambios, movió fuertemente el avispero y basó sus estrategias en la motivación, en lo psicológico.
Rápidamente se evidenció su arribo y el equipo se mostró más fresco (por la inclusión de varios juveniles destacados) y dinámico. De esa forma venció a Boca, en el épico encuentro, y derrotó con claridad y comodidad a Racing (destapando un escándalo histórico en la Academia).
Semanas después, las complicaciones volvieron a aparecer y Díaz, se mostró algo titubeante y se perdieron puntos importantes. Es lógico que pase por esos momentos el entrenador, ya que está haciendo sus primeras armas en Primera y eso tiene sus costos.
Personalmente apoyo firmemente a nuestro director técnico por los siguientes motivos: Es un hombre del club (conoce y quiere a Independiente), venía trabajando con las inferiores (hecho que, a la larga, sanea las destrozadas finanzas del club), se muestra diariamente como un profesional, serio, con criterio y evidencia una idea de juego. Además, teniendo en cuenta que no hay garantías (ni siquiera el Tolo lo es), prefiero a apostar a un hijo de la institución y no hipotecar la economía del club por un supuesto sabiondo externo.
Entonces, tenemos un presidente que envidian varios clubes, tenemos una interesante base de jugadores jóvenes, tenemos una importante cantidad de refuerzos que aportarán experiencia, tenemos un director técnico hincha de Independiente al que debemos apoyar, tenemos historia y tenemos grandeza.
Será una temporada difícil de la que saldremos rápidamente porque esto, esto es INDEPENDIENTE.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO.