CATARSIS
Por suerte, para quien escribe y comenta, a las palabras no se las lleva el viento. Repito: después de mucho tiempo tenemos un técnico con sentido común, que no vende humo y cuya tarjeta de presentación es un ladrillazo en la testa. Tiene carácter pero no es histérico. Es joven pero maduro. Amable sin ser empalagoso. Piensa y analiza. E hizo lo lógico, lo que caía de maduro pero se había podrido en la rama.
Con Zubeldía, los jugadores siempre supieron que si no rendían, se iban. Porque el fútbol es competencia y de eso se alimenta y respira. Nadie puede tener el puesto asegurado y cada fecha debe ser un examen.
Cuando
tomó el cargo dijo: “No nos sobra nada” y “Los buenos tienen que demostrar tal condición todos los partidos”.
Bueno, señores, cumplió: Pasó la escoba y no quedó ni el loro.
Hacía falta cirugía mayor. Bueno… caramba… sucedió. Repasemos el punto cinco del comentario de la última fecha: Realizar no menos de siete compras inteligentes (buenas y baratas) porque hacemos agua por todos lados. Nada de golpes de efecto y espejitos de colores (tipo Cocobacilo). Y lejos de tomar una política oficialista, creo que las compra fueron óptimas y que, si bien no hubo pingües ganancias con las ventas, tengo la sensación que no se perdió.
Y estoy absolutamente convencido de que el pampeano mucho tuvo que ver en este armado.
Siempre aposté a este joven entrenador, el más joven de la historia futbolera argentina. Y creo que, si no pinta una mano negra desde la AFA, será un campeonato digno.
“La base está”. No hay excusas. Ya no tenemos una mano con el ancho de espadas y cuatros de copas. Ahora hay un equipo.
Y repito: A repartir Alprazolam en las tribunas e impedir el acceso con espejitos. Dejemos la histeria y el narcisismo de lado. Así como: “Ganes o pierdas me importa una mierda”. A mí me importa y mucho. Tanto que si no ganamos estoy deprimido toda la semana.
Espero ansioso el inicio de este nuevo formato. Hay motivos de sobra.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO
