En un fin de semana que pintaba para crack, tarde agradable en la linda Mendoza, y con aproximadamente 4000 cordobeses que habían llegado para ver al celeste en el cuyo argentino, nada podía salir mal. Atrás había quedado el nefasto partido contra Ra sin club, y con 14 días de preparación, salíamos a la cancha a prologar la racha negativa del adversario de 19 partidos sin sumar de a 3 puntos, o sea, otro muerto.

En un cambio que escapa a la razón, Turus reemplazó a Grana, entrando Quiroga a ocupar el sector izquierdo de la defensa. Una locura, no por el ingreso del áspero y "bad-milk" lateral izquierdo, sino por la continuidad de uno de los peores jugadores del torneo, el capitán (si, capitán, demostrando que el fútbol también es generoso) de Belgrano. No obstante, la ilusión para entrar en una copa, estaba más que firme. 

Lo siguiente tiene que ver un ya extendido y horrible presente futbolístico pirata que vive del pelotazo, el despeje, el viejo y querido "¡¡salimos!!" y similares. En esto se basa el libreto ofensivo del celeste; eso que fue preparado en la semana, el plan "A", la jugada sorpresa, el as bajo la manga. Supo funcionar no hace mucho, en épocas del Mudo Vázquez o Picante Pereyra, por eso "¿para que preocuparnos?" pensé, somos sólidos abajo, y este Godoy Cruz prácticamente sujeto a un respirador artificial hizo 8 goles en 16 fechas. 

Fiel a nuestra costumbre de romper los esquemas, reincidimos en la derrota. Volvimos a demostrar que tal vez no sepamos jugar al fútbol sino más bien a algo parecido al rugby (pum! para arriba y a adelantarse). Nuevamente, se nos quemaron los libros (bah, para que sea un libro tiene que tener por lo menos 2 variantes ofensivas) en los primeros minutos del partido. Dejamos claro, que este sistema (que no merece la palabra) está en crisis, peor que Grecia o Egipto. En definitiva, y por más que nos pese, volvimos a darle vida a un muerto, y la chapa de "revividor" nos va quedando cada vez mejor.

Podés culpar al pedorro de Laverni, que pobrecito, acusarlo de estar pagado es darle un elogio. Este "árbitro" es simplemente un pésimo profesional, nada más. Podés culpar a los delanteros que no saben hacer goles sin la pelota o sin generar chances claras, o sea, todavía no saben hacer magia. Podés culpar a la mala suerte, por dejarle la pelota servida al cerdo Ramírez en dos jugadas. Pero también podés culpar al dt, que no tiene idea de buscar el resultado.

Pero bueno, hay que ser "hinchas" dicen, "en las buenas y en las malas mucho más". Ahora, nunca tenés que dejar de ser crítico. Hay que tratar de ver con poquito de objetividad que está pasando. No me dejo cegar por el ascenso y los mentirosos 52 puntos que tenemos. Dejemos de lado los resultados y veamos quiénes somos, a qué jugamos, qué generamos, qué nos generan, y a quién promovemos. Pensemos, no es fácil, pero pensemos. 

Encima viene Banfield, el último del torneo. Hay que descargar el desfibrilador, no vaya a ser cosa que levantemos otro muerto.